Monday, November 03, 2003

La frontera: una línea sembrada de cadáveres
O como dice Mauricio Rodríguez: Zero Bordeland



Tengo la mala costumbre de antes de hablar de un libro, hacer una confesión; de esta surgen mis puntos de vista, y solo por eso hago uso de ella; en esta ocasión confieso que nací en este sitio; he visto como se han derrumbado no solo el barrio de mi infancia, sino el de todos; he observado, como las noches nos arrojan a nuestras casas; como cada calle es deshabitada por nuestros temores; si no he escrito sobre ello es porque lo considero inútil; no cambiaria nada.
Parto de ahí entonces. La poesía tiene un principio que es hasta ahora y para estar a tono con el tema, una frontera infranqueable; Ese principio es el siguiente: la poesía no sirve para nada; solo se sirve a si misma.
De ahi la velocidad con que la poesia de carga social es olvidada en pocos años; se queda de ella lo interesante de sus propuestas; es decir lo que le corresponde a la literatura.
Ya instalados en este territorio; en esta línea trazada por la literatura de todo el mundo; podemos empezar.
Zero Bordeland; es un libro que desde el principio provoca las preguntas. ¿Cómo se debe de pronunciar el nombre de este libro? ¿En el inglés original?, ¿En español? ; o si seguimos el juego, ¿en juarense? Que significa? ¿Cero frontera; o Frontera Cero?
Mauricio Rodríguez nos enfrenta a un libro que no es complicado, ni difícil, sino diferente, curioso y paradójico, mas que nada paradójico: es el libro que más usa referentes inmediatos de esta ciudad, esta armado con los recursos mas a la mano; y en pocas palabras; describe con precisión esta y no otra ciudad; aun asi, me resulta el más ajeno de todos los libros que se han escrito sobre esta ciudad; a un lado de la obra de Miguel Angel Chavez, Joaquín Cosío o Ricardo Morales, los tres poetas y los tres juarenses; autores de poemas donde esta ciudad es una evocación; una presencia que se lleva dentro y que permanece como el único territorio habitable para cada uno de nosotros; y que puede leerse sin sobresaltos lo mismo en Nayarit que en Nuevo Laredo; porque como sabemos todas las ciudades mientras no tengan un nombre, son la misma; una sola. Viéndolo de esta forma el libro de Mauricio Rodriguez termina siendo un libro extranjero, lejano a lo que yo considero sus intenciones iniciales: ser un libro de Ciudad Juárez..
Hay libros que nos dejan con las respuestas menos turbias, libros que nos hacen entender un poco mas al mundo; el libro de Mauricio Rodríguez, vuelve a ser lo contrario; Zero Bordeland solo nos deja las preguntas más claras; ¿En verdad existe un sitio donde las mujeres mueren mientras los poetas escriben? ¿Es tan cruel que la noche es habitada sólo por la violencia? ¿Todo mundo se quiere ir a vivir al Paso? Las preguntas que uno se hacen son mas claras; y por logica mas dispuestas al sarcasmo. ¿Cuando sean asesinadas todas las mujeres a quien le escribiran los poetas de juarez? ¿Al asesino? ¿Al narco? Es el libro de Mauricio Rodríguez el inicio de este apocalipsis literario y juareño.
No lo creo. Zero Borderland tambien apuesta a otro lado. Apuesta por un lenguaje que se nota se ha esforzado en crear; lleno de interesantes pero deliberados juegos rítmicos, surgidos de las frescas leyes gramaticales del cholo; que al hablar pronuncia comas invisibles; las pausas naturales de su acento y no las de su respiración; ese sonido de ese tono solo del norte, ese. El libro de Mauricio Rodríguez esta inmerso en la tiniebla de la palabra que tomó como bandera. Frontera; quizá más terrible que la palabra amor; que conforme pasa el tiempo no ha dejado de ser mas que un solo misterio; todo lo contrario le ha sucedido a la palabra frontera; cada dia que pasa abraza los más diversos sin sentidos del mundo y del hombre.
Zero Bordeland de Mauricio Rodríguez es un libro fronterizo; ignorando de antemano que ha sido escrito por un poeta que reside en ciudad Juárez; Y que el libro trata curiosamente sobre ciudad Juárez y que por intención o circunstancia también fue escrito en ciudad Juárez; haciendo un pequeño esfuerzo, podemos ignorar errores y aciertos que se presenten en el nivel geográfico; lo que no se puede pasar por alto es que las virtudes de este libro están en el terreno de lo lingüístico; su frontera es su lenguaje; mientras que para algunos el tono social de reclamo e indignación les parece atractivo; a mí me parece detestable; el valor de este libro reside en sus atrevimientos linguístícos; esa es su apuesta más valiosa.
Mauricio tiene una voz que esta en los limites; el mismo lo dice "la única frontera que reconozco es mi cuerpo" lo correcto seria decir "no conozco otra frontera mas que mis palabras o mi voz" suena pretencioso pero es lo correcto para un poeta que no duda en lo que hace; pues yo me hago la pregunta; en todo este asunto ¿qué papel juega el cuerpo?; si el territorio terrible en este sitio es el lenguaje; doy algunos ejemplos, aclaro que son líneas de distintos poemas:

un lugar distinto es cada hora
como lana luna oveja ojal en tiempo de uvas


tiempo tanto tengo que soy pobre


Las siguientes son de las mejores:

nada hay que no haya escrito
porque he escrito siempre de nada
y por ultimo
porque si la frontera existe mas allá de ti
entonces llámala como quieras


este tipo de hallazgos son los que nos ofrece este libro, tomo de aullido el primer fragmento

De las cosas que hoy puedo ver
entiendo porque el otoño recorre mis sombras
alguna vez más extrañas que sinceras
y de todos los hombres
yo el aire que reconsidera esta opción:
ser el enemigo de las puertas que cordiales se abren
una vez mas, menos perfecto
que del fuego poco enciendo,
esta vida es necia por costumbre.



Regreso entonces a la voz de Mauricio Rodríguez; no lo llamo estilo, ni lenguaje; por que es una voz que ha obtenido la "mica" para residir en su persona; pidiendo disculpas por la pésima broma prosigo; es en la voz de este libro donde reside el equilibrio de las perdidas y los hallazgos que realiza Mauricio Rodríguez.
Los juegos arriesgados, el abordar temas recientes (las muertas de juarez; las ejecuciones del narco) el uso de la crueldad en las imágenes de sus líneas; la violencia; el sarcasmo y un terrible sentido del humor; hacen que este libro sobreviva en la mayoría de sus textos.
Hay un poema titulado Titán; donde Mauricio arriesga todo; y es en este texto donde más brilla la búsqueda; y debo admitirlo el hallazgo.
Ya casi para terminar; dejo los halagos y hago la siguiente serie de reflexiones:
Primera: Según la experiencia que han dejado las dictaduras: es desde la opresión donde la mejor poesía surge; solo desde el rechazo y la marginación; nacen las nuevas propuestas, ahí están por ejemplo Antonio Machado o Miguel Hernández en España, con amigos asesinados, siendo ellos mismos perseguidos, no se dejaron vencer por la circunstancias e insistieron en las posibilidades de la belleza; ellos no optaron por celebrar la crueldad del mundo; ni de sus ciudades tomadas por la sangre; ellos prefirieron morir escribiendo sobre las cosas que se aman; las que nos permiten sobrevivir en este camino hacia el desastre.
Por eso de nada sirve explotar la circunstancia como lo hacen los políticos o los medios; la carga social; el reclamo literalmente escrito no sirve para nada; ni siquiera por usando las instancias legales; cuantas veces nuestras firmas enviadas a gobernadores y tribunales para salvarle la vida a alguien; terminan siendo parte del fuego en el que arden los cadáveres de los inocentes.
Segunda: No hacen falta libros que nos demuestren que las fronteras existen; eso lo sabemos, y más que nada; es algo de lo que todos los días estamos consientes; hacen falta libros que nos hagan pensar que dichos sitios solo son estados alterados de nuestra identidad; las palabras y los libros viajan, llegan a lugares realmente lejanos; en este asunto tienen una ventaja sobre nosotros; las palabras no necesitan de los cadáveres, no utilizan ni pagan peajes en los puentes de paso; Mauricio Rodríguez lo sabe; el mismo en este momento a través del internet existe en todo el mundo; lo que yo puedo decirle como amigo y compañero en este oficio; son estos dos consejos; el primero de Monterroso, que no escriba para sus contemporáneos; solo obtendrá el rechazo o lo que es peor, el abrazo y el aplauso inmediato, que siempre escribe para la posteridad; el segundo es mío: este libro es su frontera; no es un mal sitio ni para estar, ni para empezar; sin embargo de él depende cruzar esta línea que se ha marcado, o mejor dicho; que se ha escrito; de él depende atravesar este rió sembrado de cadáveres; este lugar que dibuja entre la violencia y el abandono; y también le digo de manera sincera; que si cruza esa línea, se dará cuenta que del otro lado; la poesía; y solo ella, le estará esperando.