Monday, November 03, 2003

La frontera: una línea sembrada de cadáveres
O como dice Mauricio Rodríguez: Zero Bordeland



Tengo la mala costumbre de antes de hablar de un libro, hacer una confesión; de esta surgen mis puntos de vista, y solo por eso hago uso de ella; en esta ocasión confieso que nací en este sitio; he visto como se han derrumbado no solo el barrio de mi infancia, sino el de todos; he observado, como las noches nos arrojan a nuestras casas; como cada calle es deshabitada por nuestros temores; si no he escrito sobre ello es porque lo considero inútil; no cambiaria nada.
Parto de ahí entonces. La poesía tiene un principio que es hasta ahora y para estar a tono con el tema, una frontera infranqueable; Ese principio es el siguiente: la poesía no sirve para nada; solo se sirve a si misma.
De ahi la velocidad con que la poesia de carga social es olvidada en pocos años; se queda de ella lo interesante de sus propuestas; es decir lo que le corresponde a la literatura.
Ya instalados en este territorio; en esta línea trazada por la literatura de todo el mundo; podemos empezar.
Zero Bordeland; es un libro que desde el principio provoca las preguntas. ¿Cómo se debe de pronunciar el nombre de este libro? ¿En el inglés original?, ¿En español? ; o si seguimos el juego, ¿en juarense? Que significa? ¿Cero frontera; o Frontera Cero?
Mauricio Rodríguez nos enfrenta a un libro que no es complicado, ni difícil, sino diferente, curioso y paradójico, mas que nada paradójico: es el libro que más usa referentes inmediatos de esta ciudad, esta armado con los recursos mas a la mano; y en pocas palabras; describe con precisión esta y no otra ciudad; aun asi, me resulta el más ajeno de todos los libros que se han escrito sobre esta ciudad; a un lado de la obra de Miguel Angel Chavez, Joaquín Cosío o Ricardo Morales, los tres poetas y los tres juarenses; autores de poemas donde esta ciudad es una evocación; una presencia que se lleva dentro y que permanece como el único territorio habitable para cada uno de nosotros; y que puede leerse sin sobresaltos lo mismo en Nayarit que en Nuevo Laredo; porque como sabemos todas las ciudades mientras no tengan un nombre, son la misma; una sola. Viéndolo de esta forma el libro de Mauricio Rodriguez termina siendo un libro extranjero, lejano a lo que yo considero sus intenciones iniciales: ser un libro de Ciudad Juárez..
Hay libros que nos dejan con las respuestas menos turbias, libros que nos hacen entender un poco mas al mundo; el libro de Mauricio Rodríguez, vuelve a ser lo contrario; Zero Bordeland solo nos deja las preguntas más claras; ¿En verdad existe un sitio donde las mujeres mueren mientras los poetas escriben? ¿Es tan cruel que la noche es habitada sólo por la violencia? ¿Todo mundo se quiere ir a vivir al Paso? Las preguntas que uno se hacen son mas claras; y por logica mas dispuestas al sarcasmo. ¿Cuando sean asesinadas todas las mujeres a quien le escribiran los poetas de juarez? ¿Al asesino? ¿Al narco? Es el libro de Mauricio Rodríguez el inicio de este apocalipsis literario y juareño.
No lo creo. Zero Borderland tambien apuesta a otro lado. Apuesta por un lenguaje que se nota se ha esforzado en crear; lleno de interesantes pero deliberados juegos rítmicos, surgidos de las frescas leyes gramaticales del cholo; que al hablar pronuncia comas invisibles; las pausas naturales de su acento y no las de su respiración; ese sonido de ese tono solo del norte, ese. El libro de Mauricio Rodríguez esta inmerso en la tiniebla de la palabra que tomó como bandera. Frontera; quizá más terrible que la palabra amor; que conforme pasa el tiempo no ha dejado de ser mas que un solo misterio; todo lo contrario le ha sucedido a la palabra frontera; cada dia que pasa abraza los más diversos sin sentidos del mundo y del hombre.
Zero Bordeland de Mauricio Rodríguez es un libro fronterizo; ignorando de antemano que ha sido escrito por un poeta que reside en ciudad Juárez; Y que el libro trata curiosamente sobre ciudad Juárez y que por intención o circunstancia también fue escrito en ciudad Juárez; haciendo un pequeño esfuerzo, podemos ignorar errores y aciertos que se presenten en el nivel geográfico; lo que no se puede pasar por alto es que las virtudes de este libro están en el terreno de lo lingüístico; su frontera es su lenguaje; mientras que para algunos el tono social de reclamo e indignación les parece atractivo; a mí me parece detestable; el valor de este libro reside en sus atrevimientos linguístícos; esa es su apuesta más valiosa.
Mauricio tiene una voz que esta en los limites; el mismo lo dice "la única frontera que reconozco es mi cuerpo" lo correcto seria decir "no conozco otra frontera mas que mis palabras o mi voz" suena pretencioso pero es lo correcto para un poeta que no duda en lo que hace; pues yo me hago la pregunta; en todo este asunto ¿qué papel juega el cuerpo?; si el territorio terrible en este sitio es el lenguaje; doy algunos ejemplos, aclaro que son líneas de distintos poemas:

un lugar distinto es cada hora
como lana luna oveja ojal en tiempo de uvas


tiempo tanto tengo que soy pobre


Las siguientes son de las mejores:

nada hay que no haya escrito
porque he escrito siempre de nada
y por ultimo
porque si la frontera existe mas allá de ti
entonces llámala como quieras


este tipo de hallazgos son los que nos ofrece este libro, tomo de aullido el primer fragmento

De las cosas que hoy puedo ver
entiendo porque el otoño recorre mis sombras
alguna vez más extrañas que sinceras
y de todos los hombres
yo el aire que reconsidera esta opción:
ser el enemigo de las puertas que cordiales se abren
una vez mas, menos perfecto
que del fuego poco enciendo,
esta vida es necia por costumbre.



Regreso entonces a la voz de Mauricio Rodríguez; no lo llamo estilo, ni lenguaje; por que es una voz que ha obtenido la "mica" para residir en su persona; pidiendo disculpas por la pésima broma prosigo; es en la voz de este libro donde reside el equilibrio de las perdidas y los hallazgos que realiza Mauricio Rodríguez.
Los juegos arriesgados, el abordar temas recientes (las muertas de juarez; las ejecuciones del narco) el uso de la crueldad en las imágenes de sus líneas; la violencia; el sarcasmo y un terrible sentido del humor; hacen que este libro sobreviva en la mayoría de sus textos.
Hay un poema titulado Titán; donde Mauricio arriesga todo; y es en este texto donde más brilla la búsqueda; y debo admitirlo el hallazgo.
Ya casi para terminar; dejo los halagos y hago la siguiente serie de reflexiones:
Primera: Según la experiencia que han dejado las dictaduras: es desde la opresión donde la mejor poesía surge; solo desde el rechazo y la marginación; nacen las nuevas propuestas, ahí están por ejemplo Antonio Machado o Miguel Hernández en España, con amigos asesinados, siendo ellos mismos perseguidos, no se dejaron vencer por la circunstancias e insistieron en las posibilidades de la belleza; ellos no optaron por celebrar la crueldad del mundo; ni de sus ciudades tomadas por la sangre; ellos prefirieron morir escribiendo sobre las cosas que se aman; las que nos permiten sobrevivir en este camino hacia el desastre.
Por eso de nada sirve explotar la circunstancia como lo hacen los políticos o los medios; la carga social; el reclamo literalmente escrito no sirve para nada; ni siquiera por usando las instancias legales; cuantas veces nuestras firmas enviadas a gobernadores y tribunales para salvarle la vida a alguien; terminan siendo parte del fuego en el que arden los cadáveres de los inocentes.
Segunda: No hacen falta libros que nos demuestren que las fronteras existen; eso lo sabemos, y más que nada; es algo de lo que todos los días estamos consientes; hacen falta libros que nos hagan pensar que dichos sitios solo son estados alterados de nuestra identidad; las palabras y los libros viajan, llegan a lugares realmente lejanos; en este asunto tienen una ventaja sobre nosotros; las palabras no necesitan de los cadáveres, no utilizan ni pagan peajes en los puentes de paso; Mauricio Rodríguez lo sabe; el mismo en este momento a través del internet existe en todo el mundo; lo que yo puedo decirle como amigo y compañero en este oficio; son estos dos consejos; el primero de Monterroso, que no escriba para sus contemporáneos; solo obtendrá el rechazo o lo que es peor, el abrazo y el aplauso inmediato, que siempre escribe para la posteridad; el segundo es mío: este libro es su frontera; no es un mal sitio ni para estar, ni para empezar; sin embargo de él depende cruzar esta línea que se ha marcado, o mejor dicho; que se ha escrito; de él depende atravesar este rió sembrado de cadáveres; este lugar que dibuja entre la violencia y el abandono; y también le digo de manera sincera; que si cruza esa línea, se dará cuenta que del otro lado; la poesía; y solo ella, le estará esperando.

Tuesday, August 19, 2003

American Splendor:
el tedio con monos


De Harvey Pekar, ilustradores varios




American Splendor es un cómic que se publicó desde 1976 a 1987, escrito por Harvey Pekar e ilustrado por grandes dibujantes del genero, entre ellos el brillante R. Crumb.
Pekar nacido de Cleveland es de origen judío, sin embargo, es un norteamericano común y corriente, salvo una diferencia entrañable tiene un peculiar estilo para describir el vacío estadounidense.
Pekar puede ser clasificado como el mediocre inconforme o el talentoso de espíritu plano, sus historias no tienen ningún matiz, todo lo ve con cierta lejanía y desaprensión que pareciese estar dictando datos a otra persona.
Sus relatos aunque interesantes carecen de emociones, Pekar les ha quitado toda posibilidad de decoro, refinamiento estético, no son didácticos, y hay una monotonía en sus temas que termina convirtiéndose en algo intenso y poderoso.
Su personaje, que es el mismo, vive en un suburbio, tiene un trabajo de paga regular en el gobierno (organiza archivos en un hospital), divorciado dos veces, es tacaño hasta el exceso, no bebe mucho y prefiere no salir con los amigos, visto desde cualquier ángulo es un miserable, un alienado de sus tiempos. Se mantiene fuera de todo comentario común, en el la cuestión es si vale la pena cambiar, intentar ser otro, comportarse de otra forma, la respuesta es que en su caso eso es imposible.
Al obtener cierta fama percibe que la gente sigue mirándolo igual, el se siente distinto, ha publicado artículos en la sección editorial del periódico local, tiene un cómic que publica por sus propios medios y que poco a poco ha logrado cierto prestigio, incluso una de sus historias fue publicada en el New York Times, aun así, la gente lo sigue calificando de solitario y tacaño, para Pekar eso es solo signo de que los talentosos no la tienen fácil en este mundo, y que importan mas las relaciones publicas, el tener mas dinero, es más fácil que cualquier imbecil sin talento se haga rico a que un pobre talentoso se haga famoso.
Pekar es egoísta, todo sufrimiento existe cuando es propio, el dolor de los demás no importa, sufren por ignorantes, no tienen metas en la vida, no se exigen nada a ellos mismos, en su juventud Pekar fue un enfermizo coleccionista de discos de Jazz, su sueldo lo dividía en renta, comida y discos, eso era todo, después consiguió hacer reseñas para una revista de jazz, pero se harto de que solo le mandaran reseñar basura, su esposa le reclama que es un egoísta y además un inconforme de lo peor, esto sucede un día en que Pekar sale de compras al super, la mujer le encarga café, al regresar el cartero le entrega un paquete de discos, la misma basura que ha reseñado en años.

Hace años sufrías por que te dejaran publicar algo, ahora que lo has conseguido te la pasas quejándote, eres demasiado exigente contigo mismo, hay gente mas jodida que tu y sacan provecho de lo que tienen, y tu? tu no, cada día te enfrentas con inseguridad al mundo, te preocupas por todo-
-Si ya lo se, tengo mi salud y debería de estar feliz con eso, pero no es así como funciona conmigo, yo se lo que quiero escribir, ya se que tengo que disfrutar el mundo, mira es un día hermoso y yo aquí rechinando los dientes-
-y el café, se te olvido verdad, ya se que me vas a decir que no estaba en la lista de compras, por eso mismo te pedí que lo trajeras, eres un egoísta, solo piensas en ti mismo, jamas te preocupas por los demás, solo andas pensando en como los editores conspiran contra ti, eres tan intransigente que no eres capaz de esperar una hora mas para ir de compras, imbecil-
ok, lo siento, voy por el, ok-


La tira termina con este cuadro terrible donde las miradas son expresivas, en ella hay coraje, en Pekar cansancio, tedio, un tedio infinito.
Pekar es el hombre angustiado por que en realidad nada lo angustia, compra ropa usada, se alimenta con cereales y comida enlatada, no es feliz en su casa pero esta comodo, llega a pie a su trabajo, nunca coopera cuando en el trabajo quieren festejar a alguien, su pais le causa un emoción plana, casi inexpresiva, un estado distinto de conciencia, ni siente rechazo, ni repudio o compasión, no siente nada, se siente a el mismo, es un antinorteamericano completo. Un individuo ajeno al sentir nacional.
Pero hay reclamos, ese vacío para Pekar debe ser causado por alguien o algo externo, en otra tira se ilustra un largo monologo sobre una situación desesperada: tiene en su casa cajas llenas del ultimo numero de su comic, no haya como venderlas, las tiendas de su amigos ya tienen suficientes, así que habla al New York Times, meses antes le habian publicado una tira, asi que trata de convencer al editor de que alguien haga una reseña sobre su trabajo, todo se queda en veremos, la esposa del editor parece interesada en el trabajo de Pekar, pero no quiere arriesgarse a reseñar un cómic, la revista tiene demasiado prestigio, Pekar decide mandarle una carta grosera a esta mujer, pero un compañero de trabajo lo convence de no hacerlo

Para que, se van a reir de ti, esa carta si la leerán todos y solo atinaran a reírse, a decir que eres un mediocre rencoroso, déjalo asi-
-y si, así lo deje, ahora cada vez que alguien me hace una chingadera como esta de dejarme esperando y hacerme promesas que no van a cumplir, solo me queda hacer una cosa, hacer una tira como esta para desahogarme


Las historias de Pekar suceden en su oficina, en el parque, en el estacionamiento, a veces en su apartamento y en otras ocasiones en la calle, es raro ver algo de cinismo, salvo en una tira donde un amigo pobretón de Nueva York va a visitarlo, es una ostra, llega siempre a la hora de la cena o de la comida, Pekar le dice que es imposible que se quede con el, el amigo se queda con un familiar pero lo corren a los cinco dias, el amigo esta indignado, llama a Pekar y lo invita a comer

-Mira, pues yo ya comí, porque no mejor me compras tres dólares de verduras y latas y me las traes a la casa, es lo mismo que si me invitaras una comida- le dice Pekar
el amigo vuelve a llamar y le dice que si lo acompaña al super para comprar lo que le haga falta.
Pekar va acompañado de su esposa e insiste con lo de las verduras
-oye mi amigo, mira no traigo tanto dinero, mi familiar e hecho de casa, y sabes una cosa, todo el tiempo que estuve con el tuvo el refrigerador vacío, y ahora que volví por mis cosas en la tarde ya lo tenia lleno, un miserable-
-vas a comprarme las verduras si o no?- le pregunta pekar
-solo traigo un dólar, si quieres te lo doy-
-esta bien- dice Pekar
Toma el dólar y en eso llega el amigo con el que se quedara el lastre de Nueva York, se despiden y cada pareja para su casa
-vaya que costo trabajo sacarle ese dólar- dice Pekar feliz por única vez en todo el libro.


En sus historias no hay magia, nada divino, nada fantástico, todo es decepción perpetua, la condena de lo uniforme, en una ocasión le ayudan a un amigo a llevar una enorme alfombra amarilla, la alfombra esta mojada, ha llovido, apesta y fácilmente se nota que es mas grande que el piso de la sala de su amigo, pero este insiste en que podrá usarla, la dejara secando y la pondrá en su sala.
En la siguiente tira, el amigo le cuenta de una ocasión en que borracho y sin dinero acepto el aventón de un viajero, se encuentran el cadáver de una ballena pequeña, están emocionados, así que deciden subirla al techo del auto y llevarla a casa, para subirla al auto, era como esa alfombra amarilla que nos hizo batallar tanto-

-y a todo esto, que paso con la alfombra, la pusiste en tu sala- le pregunta Pekar
-no, la tire, olia a rayos, tuve que tirarla, por eso me acorde de a historia de la ballena-


Pekar no retrata al artista preocupado por la religion, la sociedad o el arte, sino al individuo que sueña con sobresalir haciendo solamente uso de un talento limitado, de una conducta prácticamente esteril, Pekar presenta por fin al artista medio de una ciudad pequeña, al artista que no se exige nada, que no quiere arriesgarse a perder la comodidad y la seguridad que le da una vida plana pero satisfactoria, el artista con bastante talento pero detenido por el miedo al vacio en el que ya vive.
Alguien como nosotros: opacos en todo nuestro esplendor.

Tuesday, August 12, 2003

Dos postales norteamericanas


Miedo y asco en las vegas


de Hunter S. Thompson


Esta novela publicada en 1971 y escrita originalmente para Rolling Stone bajo el seudónimo de Raoul Duke es el viaje y estancia de dos personajes a los que caracteriza una solo adjetivo: el vértigo.
Sumergidos en altas dosis de todas las drogas posibles de aquellos tiempos, el escritor narra el exceso a una velocidad paranoica en una ciudad donde las luces y la noche son parte de una fantasía nacional: el perdedor que regresa millonario del desierto.
Mandado por un periódico el Duke y su abogado rentan un convertible rojo el cual va cargado de drogas mas alla de lo permisivo: Mezcalina, LSD, éter, güisqui, tequila, mariguana y un salero con cocaína, solo tiene que ir a cubrir una carrera de motocicletas el Mint 400 y como propósito personal van a la búsqueda del sueño americano.
Todo el viaje es una alucinación progresiva, la sobriedad casi inexistente es a mi parecer lo único que cierra los capítulos. Desde que drogados van a rentar un auto de lujo hasta que el duke regresa a Nueva York todo es un exceso, un hiperrealismo de Norteamérica.
Los diálogos y las historias que ocurren en las mentes de estos dos hombres, no pueden ser otra cosa que ocurrencias de un par de mitómanos maniacos.
Casinos llenos de animales sobre el techo, lobbys de hotel con personas con caras de pájaro y colas de lagarto, turistas buitres devorando las entrañas de otro.
El abogado de duke es tal vez el mejor abogado que pudiera tener un drogadicto:

Como tu abogado que soy, te recomiendo que le entremos a la mezcalina primero.
Como tu abogado que soy sugiero que busquemos una droga distinta
Como tu abogado te aconsejo que no digas nada y te metas un ácido, te mantendrá con la boca cerrada


El uno trata de sobrevivir al otro, por lo demás, tienen la idea de que alguien los persigue, en una ocasión el abogado decide quitarse la vida, pero le pide a Duke que le ayude, quiere que le ponga una canción en el grabador y al momento en que empiece el coro lo deje caer en la bañera llena de agua, es obvio que el radiograbador está conectado a la corriente eléctrica, Duke tiene sueño además de que su abogado lo amenaza con una navaja, así que no se hace mucho del rogar, busca en el baño algo que tenga el mismo peso, encuentra una maceta pequeña, cuando empieza el coro la lanza a la bañera, el abogado se retuerce en el agua un buen rato cuando se tranquiliza le dice a Duke

Cabron, me mataste, esto no te lo voy a perdonar nunca-
hasta mañana- dice duke y cierra la puerta al salir del baño


Terminan de cubrir la carrera de motocicletas, casi a punto de irse les encargan otra misión, cubrir el congreso de la policía antinarcóticos, sudan frio, pero se quedan, la congregación de 200 policías es el lugar mas apropiado para esconderse con un carro lleno de drogas.
En la novela todo pasa tan rápido que la secuencia de las cosas no tiene ningún sentido, el abogado se va, regresa con una chica que esta obsesionada con Barbra Streissand: el cuarto de hotel esta lleno de cuadros y dibujos de ella que la chica realiza, la drogan, la dejan en un aeropuerto semi-inconsiente y piden al personal del aeropuerto que la instalen en otro hotel, vuelven a sudar frío cuando ella los busca por teléfono, imaginan el juicio contra dos depravados caníbales y drogadictos

Al momento que ella dijera que después de tomar el ácido por primera vez no recuerda nada, no será necesario que lo diga o que se esfuerce, el jurado se imaginaria el dolor y la vergüenza de una chica pueblerina al que dos hombres le introdujeron el pene por todos los orificios imaginables, y eso no seria lo peor, porque inmediatamente estarían pensando que otros objetos son útiles para ultrajar a una mujer


Asisten a la primer conferencia, se aburren de inmediato con las películas realizadas por la policía "no tiene la menor idea" de lo que hace la droga, van al bar y le cuenta a un policía del sur lo que sucede en Los Angeles: hay una nueva droga que se hace a base de sangre humana, preferentemente de mujeres y niños, ves a los drogadictos correr por la calle con la cabeza de alguien
Mas tarde el abogado a conseguido una droga peligrosa "Adrenochrome"

-Solo necesitas un poco, esa droga hace que la mezcalina parezca cerveza de jengibre- dijo mi abogado
los efectos comenzaron de inmediato, sentía como si cuerpo estuviera conectado a un enchufe de 220 voltios


Luego se ponen a platicar sobre los efectos de un toque o aspiración de un poco de glándula pineal:

Una dosis ligera de esa cosa te inflamaría la cabeza como una sandia, te convertirías en algo que no existe en la enciclopedia medica, subirías 100 libras de peso en solo dos horas, uñas y verrugas sangrando y de pronto notarias seis tetas peludas saliendo de tu espalda


Al momento de platicar esto Duke siente lo terrible del "Adrenochrome" la lengua como magnesio ardiendo, parálisis total, no puede ni mover los ojos, tiene las rodillas topándose una con otra

aguanta-dice el abogado- aguante, la primera vez es terrible, pero trata de dominarlo, déjalo salir, mira nada mas como tienes la cara, parece a punto de explotar, si te aventara a la alberca te hundirías como una pinche piedra


Todo en la novela se ve claro entre la turbia niebla de las drogas, los excesos pueriles de estos hombres se ven borrados por la devastadora alucinación del sueño americano, para no perder el vuelo del avión se meten en la pista de despegue en el convertible, no pasa nada, nadie los persigue o los detiene, el abogado toma su avión y entonces Duke empieza a tomar conciencia del asunto: todo lo que han hecho es común en las vegas, no han cometido ningún delito, a pesar de una historia conocida por duke: un joven turista que termino encerrado siete días en a cárcel solo por pasear en el lugar equivocado, en su cabeza solo existe esa idea: terminar en la cárcel por posesión de drogas y un arma, por destrozar el cuarto de un hotel, entregar un convertible casi en pedazos. Pero al final, Duke comprende que no ha hecho nada ajeno a la actividad diaria de las vegas, es tanta la gente, tan oscuras sus intenciones y mas oscuras aun lo que hacen al no lograrlas que lo que ellos dos hicieron no es nada, pasaron desapercibidos en su propia pesadilla.
Así hubiera gorilas que arrancan la piel de la nuca con sus propios dientes, así hayan pedido 400 barras de jabón transparente y cosas de ese tipo y dejar una cuenta de 8, 500 dólares o mas (hacer cuentas le resulta imposible), asi hayan casi estrangulado a una recamarera, manejado borrachos por la Interestatal, no han cometido ningún delito grave. Ese es el sueño americano. Eso es las vegas, el miedo y el repudio.

Yo pensaba que mi padre era Dios


de Paul Auster


Este libro me pareció atractivo desde que oi su origen:
un director de una estación de radio le propone a Auster escribir cuentos para ser leídos en un programa de radio, la pura idea le causa pánico, pero la esposa del escritor le resuelve el asunto. Porque no pedirle a la gente que escriba sus historias y leer las mejores en el programa, la única condición era que fueran verdaderas. Llegaron cerca de cuatro mil y se transmitieron por radio, de esa cantidad Paul Auster eligió cerca de 280 para el libro.
El libro visto de manera fría arroja datos interesantes: todos los norteamericanos escriben igual, al parecer las clases de composición dejaron algo.
Después viene el dato sobre los temores de los norteamericanos, en las mujeres la muerte de un hijo, la muerte del esposo, luego el divorcio, la bancarrota y al final la desintegración del hogar. En el hombre primero esta la bancarrota, la muerte, después el divorcio, la muerte de un hijo y al final la desintegración familiar.
Tambien es interesante lo que ocupa sus memorias: la guerra y la depresión económica, gran parte de las historias tiene que ver con la guerra, incluso hay dos de la guerra civil, y termina con la guerra en el golfo, las otras historias de gente mayor tienen relación directa con la depresión de 1929 o con la que ocasiono la post-guerra.
El libro esta dividido en las siguiente partes: Animales, Objetos, Familias, Bromas, Extraños, Guerra, Amor, Muerte, Sueños y Meditaciones.
En conjunto las historias son planas, esto no es tanto una cuestión de estilos, el factor que influye en esto es sin duda la persona que las selecciona, se nota en ellos los gustos y los temas de Auster: el destino, la desgracia, las casualidades, el humor real y urbano.
El libro comienza con el testimonio de una mujer de Oregon que ve a un pollo caminar por su barrio dando vueltas en ciertas esquina y pasando de largo otras como si el pollo conociera el camino, el pollo llega a su casa (la del pollo). Gran historia.
Le sigue una historia donde un perro descubre a su dueño que anda en la calle con otros miembros de su club: El Ku Klux Klan.
En objetos hay una historia cruel, la de una chica que desde niña tuvo el mal habito de perder cosas, el mismo día que le habían regalado un traje de invierno extravió la gorra, su padre esa misma tarde quiere tomarle unas fotos con el traje completo, juegan y bromean mientras el padre le toma fotos e insiste en que se ponga la gorra, la niña pone la excusa de que la gorra no le gusta (sabe que la perdió desde que su padre pregunto por ella) Su padre ríe a carcajadas, saca la gorra de su abrigo y le da una bofetada

-Espero que desde ahora dejes de ser descuidada y dejes de perder las cosas- Me dijo mi padre
Soy una mujer grande ahora, y sigo perdiendo las cosas, lo que mi padre me dejo ese día no fue una lección de responsabilidad. Aprendí a no confiar en su risa. Por que incluso su risa podia herirme


Hay historias largas, cortas, gran parte de ellas aburridas, pero las hay interesante e intensas, como la del joven vendedor que le da un aventón a otro en su camioneta, en una de las tantas veces que se detienen el otro chico le dispara tres veces en la cabeza para robarlo, pero el joven no muere, antes de eso se había portado muy bien con el, comieron, cenaron y todo pagado por el joven samaritano, cuando este le pregunta porque le ha disparado... tres veces. El joven ladrón le contesta:

porque nadie antes había sido tan bueno conmigo, ahora tengo que matarte, no te puedo dejar ir, si lo hago iras con la policía


El joven le pide un favor, que lo deje cerca de un hospital y que se lleve todo lo que le pertenece, solo que tiene que prometerle algo: no volver a dispararle a alguien.
Las historias van pues de lo mas sentimental a lo asombroso, de lo terriblemente aburrido a lo llanamente norteamericano, historias incluso que suenan falsas y parecen mas mitos que verdad, dos ejemplos:

Durante un descanso en la guerra de corea antes de la proyección de una película un soldado es muerto por un disparo, solo por curiosidad el que narra la historia le pregunta al proyeccionista que película iba a poner, este responde con seriedad: Un disparo en la oscuridad.


En otra historia que sucede a finales de la segunda guerra mundial

el capitán de un regimiento les notifica que falta una misión, que sera peligrosa, pero que si alguien quiere puede renunciar e irse a su casa esa misma mañana, uno de ellos decide hacerlo, todos quieren hacerlo, pero solo uno acepta la oferta. La misión se cancela y el barco que lleva a este hombre es bombardeado, todos mueren.


La mayoría de las historias tienen que ver con una tradición sentimental norteamericana que hemos visto en casi toda su cinematografía didáctica, no hay espacio para el cinismo o el humor, todo es tan simple en el libro que a uno le dan ganas de irse a vivir en ese país, hasta la desgracia es tierna, no hay nada grave, hasta los reos son tiernos, creo que Paul Auster aposto por esto en todo el libro, buscar carne y sangre donde todo se ha llenado de plástico, las mejores historias a lo mucho tienen mayor calidad que las que uno lee en Selecciones de Reader’s Digest, de hecho la historia que da titulo al libro es bastante sosa

En el barrio hay un señor muy amargado, tiene unos arboles de manzanas, cuando caen en la propiedad de los vecinos va y les reclama sus manzanas, en cambio cuando un balón o un pelota cae en su patio no nos permite entrar por el, y alega que todo lo que cae en su patio es de su propiedad, y que si reclama las manzanas es por que las da su árbol. Nadie discutía con él.
Hasta que un día que tomamos unas manzanas que cayeron en el suelo y que comenzó a regañarnos mi padre salió de la casa y le dijo que nos dejara en paz, que era un tipo insoportable y que merecía estar solo. El hombre amargado no dijo nada, y en ese momento yo pensé que mi padre era Dios


Dado que el libro no se podía llamar "Mi vecino era un pinche pendejo, Auster optó por tomar el de esta historia pues es sórdido y atractivo
Estamos pues ante un libro solo para personas que tienen un rescoldo de buena conciencia, de emociones aletargadas, y la idea de leer libros para aprender o encontrar algo, el sentimiento que recorre este libro va rebotando de la cursilería más ramplona, al heroísmo y peor aun, a el amor a una patria que no les ha dado mas que una historia que contar, o que contarle a Paul Auster.
A fin de cuentas el libro resulta la terapia mas económica para un país hundido en lo superfluo y material, en ese sentido el libro resulta de lo mas emotivo que se ha escrito en ese país en muchos años, destaca la calidad de los escritos por que ninguno de ellos tiene la pretensión de tenerla, pero conforme pasan las historias los lugares comunes abundan, el vocabulario para expresar los sentimientos es limitado y peor aun, es el darse cuenta que la variedad de experiencias emotivas que puede uno tener en Estados Unidos tambien es limitada, el capitulo sobre los sueños es el mejor ejemplo, de los quince relatos solo dos resaltan:

Un hombre sueña que maneja en una autopista que desconoce pero sabe cual es, frente a el pasan brazos, piernas y torsos destrozados que el va atropellando, al despertar escucha en el radio que un hombre atropello a otro en la autopista que el soñó



La otra historia se refiere a un hombre que narra un sueño de su padre que trabaja en una tienda departamental, su padre vuela en el sueño oprimiendo el botón de su pluma retráctil, lo que el hombre narra en su historia es la felicidad que le causaba a su padre contar ese sueño, a tal grado que se lo contagia, el hijo tambien sueña que vuela, pero no dentro de una tienda, sino en lugares abiertos, entre paisajes idílicos y tranquilos, y este hombre al final dice que su padre ya no recuerda su sueño, pero el le agradece el hecho de que lo compartiera con tanto entusiasmo que lo considera como la mejor de herencia



Los demás relatos sobre el sueno tiene que ver con soñar la muerte de alguien y confirmar el sueño días después.
A pesar de lo ligero, de lo carente de juegos narrativos el libro es denso, lento y farragoso, sus 377 paginas no pueden leerse con la velocidad que uno quisiera, a mi me resulto imposible leerlo en desorden, casi todas las historias comienzan igual: una descripción del lugar o de la época, luego un breve vistazo a la situación personal y al final el relato.
Sin embargo el experimento es sano, tal vez en un futuro Paul Auster tenga la brillante idea de buscar la colaboración de otro para seleccionar las historias.
Si en México se hiciera un libro similar creo que tendría mas paginas, las historias se confundirían y seria imposible dividirlas en 10 temas, la mayoría de las historias carecerían de ternura, pero serian creíbles, creo que el titulo del libro seria: Yo pensaba que mi padre... era mi padre.

Cielo e infierno inyectables


Trainspotting


de Irvine Welsh


En México todo pasa al revés, primero la película, después la obra de teatro y por fin el libro azul de anagrama con una foto de la película (no se vayan a confundir los gilipollas) en nuestro queridisimo sanborns. La compre y me di cuenta que la película era apenas un trazo adolescente hecho a partir de una novela terrible.
Lo que en las películas es cómico en la novela es trágico, lo que es trágico en la película en la novela solo es algo mas.
Welsh por lo que se ve es un escritor miserable y que gracias a esta virtud sale a la luz con un libro distinto, fácilmente se puede caer en el prejuicio de que la literatura irlandesa solo es posible si se parte del vicio, otra novela Irlandesa, La cenizas de Angela de Frank McCourt, escrita al parecer en 1996 (tres años después de Trainspotting) habla de lo mismo: el vicio en Irlanda, pero a diferencia de Welsh, McCourt no exalta al vicio ni a los viciosos, y solo por eso creo que obtuvo el Pulitzer, de esta novela hablare después, solo la cito, porque considero que Welsh tampoco exalta al vicio ni al vicioso, mas bien lo transcribe, lo recrea, y ese vacío es el que hace a la novela importante.
La novela, aunque suene obvio es mas cruel y mas severa en comparación con la película, no hay estetica, no hay depuración de los personajes, estos brevemente dibujados son hasta ahora los mejor descritos, me explico: a pesar de que uno al leer la novela lo hace pensando en las caras que vio en la película (el mismo Ian Carlyle alias begbie en la película es el padre alcohólico en Angelas ashes, gran coincidencia) estos personajes se van desprendiendo de esa imagen vista con anterioridad: son peores o mejores según el sentido que se les quiera dar: begbie no es tan viejo, ni Spud tan tarugo, Sickboy tiene mas carácter y Trent en la novela no es ese chico iluminado por cierta luz de razon e integridad, es otro hijo de la chingada, tal vez el peor de todos.
Algo que me sorprendió es el carácter de seropositivo de Trent, casi enfermo de sida pues, el sida es tratado con total desfachatez, casi con orgullo, la palabra precisa es cinismo, Trent asiste a un grupo de autoayuda, donde el coordinador les dice que la muerte esta en todos lados, que hasta la persona mas sana puede morir en un accidente o de un paro cardiaco

Claro, eso lo dices tu hijo de puta, como se ve que no eres tu el que tienes a la muerte bajo el pellejo


Ahí sucede otra escena, encuentra a un tipo que detesta y que tiene un hijo con una vieja amiga de ella, Trent logra la confianza de esta chica y termina cuidando al niño mientras ella trabaja, cuando este tipo esta en las ultimas Trent lo visita y le muestra unas fotos de su hijo desnudo atado a una silla y ensangrentado, las fotos obviamente son un vil montaje, pero Trent quiere hacer sufrir a este tipo antes de matarlo, pues eso es lo que hace, asfixiarlo con su propia almohada en el hospital.
Spud no es un imbecil es un tipo con pésima suerte, en una ocasión una chica que ha tenido sexo con todos le dice:

Quiero perder contigo mi virginidad culera


Es decir, que nunca le han dado por el ano, ata a Spud a la cama, pues no quiere que la lastime, pero en vez de encontrar vaselina encuentra vick.
Otra de las terribles travesuras de Trent es tener sexo con la viuda de su hermano embarazada

...y ya me veo metiéndola en la boca del feto. Vaya concepto, una follada y una mamada simultaneas. Me atormenta. Dice que una follada es buena para un infante nonato, les hace circular la sangre o alguna mierda de esas. Lo menos que puedo hacer es interesarme por el bienestar del bebe


Trainspotting no glorifica el vicio, la novela al contrario de la película no deja al lector con ganas de salir a inyectarse lo primero que se encuentre, de hecho en la novela hay un tipo que se inyecta güisqui, según la novela ese viaje es de lo mejor, lo malo es que uno termina con sangre saliendo de los oídos, los ojos y la nariz y fin del recorrido.
Lo que dice Welsh en su novela es muy claro: no es el vicio lo que envilece, uno es vil con vicios o sin vicios, el único de los personajes que no se droga es begbie que mantiene su integridad bebiendo güisqui y cerveza y golpeando a personas mas débiles que el (incluyendo a su esposa)
Creo que por ahí va la vena hinchada de Welsh, al final de la novela Trent decide en total sobriedad, con casi nada de droga en sus venas chingarlos, a esos tres, sus amigos de toda la vida, con los que ha estado en las malas y en las peores, pero lo hace conciente de que de esos tres, dos de ellos harían lo mismo si tuvieran el corazón tan negro y tan iluminado por su propio egoísmo, esa certeza, la de saber que begbie y sickboy son capaces de hacer lo mismo es lo que lo salva y lo que lo hunde como persona.
No es el vicio, es uno, ni siquiera los amigos cuentan, cuando uno es otro mas viendo pasar los trenes en los que huye otro hijo de la chingada como nosotros con nuestro dinero.

Tuesday, August 05, 2003

Dos cuentos con hijo:

Vías de ferrocarril en mi espalda, de Akira Yoshimura
y Desea hacer otra transacción?, de Mauricio Birmajer


Me gusta leer cuentos, y por lo general prefiero los cuentos cortos, a lo mucho 12 paginas, a través de los años mis preferencias han ido cambiando en relación al tema, por mucho tiempo me gustaron los cuentos donde intervenía un animal, después mostre bastante interes sobre los personajes adolescentes, en especial en los cuentos de Cortazar, y hasta hace poco leia con agrado los cuentos sobre escritores, jóvenes, viejos o maduros, y por estos dias me agradan los cuentos donde el personaje del hijo juega un papel importante.
Hace poco adquiri el libro de cuentos Historias de hombres casados del argentino Mauricio Birmajer, lo lei como acostumbro en total desorden, el libro es bueno, pero el cuento con el que cierra el libro es uno de los "imperdonables" es decir uno de los que deben leerse, deja un desasosiego profundo y sin respuestas, tratare de resumir el cuento:

Un hombre que repara electrodomesticos pierde a su hijo único en un accidente que sufrió el camión escolar, su hijo es el único que muere con la cabeza destrozada por la única lampara que tiene el camión, el cuento sucede a un año de ese fatal accidente.
El hombre se topa en un cajero automático con un amigo del secundario, hacen una cita para comer y ahí el amigo le presenta a una mujer mayor como su esposa, el amigo al final lo invita a un asado el fin de semana en su casa de campo "van a ir todos los del secundario"
Por esos días el personaje recuerda una anécdota, durante un examen una chica que le gustaba le pide una respuesta, es una fecha: 1475 por decir algo, que el escribe en un papelito y lo lanza hacia ella, al final del examen la chica le reclama por no haberla ayudado.
Al mismo tiempo un chico que tiene la edad que debería tener su hijo si estuviera vivo le lleva un radiograbador para que lo repare, y si es posible que repare tambien el casete que esta atorado en el tocacintas.
El hombre asiste a la fiesta y ahí se encuentra a la chica esta que sigue siendo bella a pesar de los años, resulta ser la esposa del amigo con el que comio hace unos dias, el cree que es una broma, pues aquel dia el le presento a una mujer mayor como esposa. Esta mujer mayor vive a un lado de su amigo, el personaje no entiende nada, el lector tampoco, asi que decide platicar con la chica.
La chica le cuenta que desde el secundario ha estado enamorada de su amigo, pero por circunstancias de la vida jamas pudieron unirse, hasta que un dia ella probo con el cajero automatico, como? le pregunta el. Muy sencillo, contesta ella, cuando el cajero te pregunte si deseas hacer otra transacción hazla mentalmente y ya. El personaje duda un poco, pero luego recuerda los posibles números que teclea su amigo en el cajero 1475, no puede ser otro. Ella se lo comprueba, saca de entre sus cosas un papelito amarillento con el numero escrito, pense que nunca lo habías recibido le dice. Te mentí. Contesta ella.
Durante el viaje de regreso el hombre va pensando muy en serio lo que la chica le dijo, al llegar a la ciudad va al cajero, consulta su saldo y cuando el cajero hace la automática pregunta, el pide algo mentalmente.
Al otro dia en el taller termina de reparar la cinta averiada, con curiosidad la pone en el grabador y comienza a escuchar algo asi:

Prefiero grabarles mi voz, las cartas tardan en llegar desde aquí donde estoy, además, prefiero las grabaciones, porque así, pueden ustedes entender de lo que les hablo, por ejemplo si les digo que ya esta el agua del te, o que hay un vientecillo sobre mi ventana, ustedes podrán escucharlo- aquí la cinta dura un poco sin audio y después la voz regresa cambiada, es como la voz de un niño- todavía siguen saliendo a la terraza a comer los domingos? Siguen paseando en metro los sábados por la mañana, me gustaría saber que siguen haciendo las cosas que hacíamos juntos aunque yo no esté, espero verlos pronto- y se acaba la cinta.


El hombre vuelve a poner la cinta desde el inicio pensando que desea más que nadie que el chico que llevo el radiograbador pase a recogerlo. Fin de la historia.
El cuento es mejor que esta explicación sosa, tiene una atmósfera grave, la misma supongo, que se tendría a un año de perder a alguien tan querido como un hijo, tambien aparece la esposa que desde la muerte del hijo duerme en otro cuarto, esta el pensamiento de este hombre lastimado que además es el narrador, es un cuento que casi cae en el genero fantástico, pero todo su desarrollo se da dentro de una normalidad densa y monótona, el cuento debe acabar ahí, sin final, con conclusiones propias, con los deseos de cada uno de sus lectores.

Vías de ferrocarril en mis espalda es un cuento que encontré en Antología de la narrativa japonesa de posguerra, de premia editora 1989, lo compre en 1998 y apenas comencé a leerlo por estos días.
Trata de un hombre con su esposa embarazada y un hijo de dos años y medio. El hombre hace 12 años fue operado de una lesión en el pulmón, para esto le fueron removidas cinco costillas por la espalda y se le receto ingerir polvo de huesos, según el doctor eso le ayudaría a regenerar sus costillas.
Un día su mujer regresando de su consulta con el dentista le comenta que vio en una revista la foto de unos besugos nadando sin carne y sin piel, el puro esqueleto.
El hombre sale disparado hacia el consultorio y encuentra la revista, según ella, un cocinero sabe como cortarlos para que eso suceda.
Aquí el personaje comienza a realizar extrañas relaciones entre las costillas que le sacaron y los huesos de estos besugos nadando sin carne, recuerda que después de mucho insistir el cirujano le dejo quedarse con una de ellas, la cual a veces depositaba dentro de una pecera, estos recuerdos lo vuelven irritable por algunos días hasta que la mujer una noche le entrega el dinero que han ahorrado.
Sin mucho insistir el toma el tren en busca del cocinero, durante el viaje piensa en su hijo de 2 años y medio, el único al que le interesa su cicatriz, pues hace diez días en un baño publico el niño le dice al señalársela nin-go-go, al otro dia al ver el televisor el niño al ver el shinkansen (tren bala) volvió a gritar esa palabra, nin-go-go significaba tren.

Pero al balbucearlas una y otra vez, mi niño hacia extraños movimientos. Al principio frotaba afanosamente mi espalda con la palma de su manitas, luego movía la pequeña yema de sus dedos de arriba hacia abajo trazando líneas curvas en un lugar fijo, en el sitio donde, precisamente, tras el corte del bisturí había quedado una cicatriz de mas o menos treinta centímetros de largo. Era evidente que había relacionado los meandros de mi cicatriz con las vías del tren. Lo que restregaba con la palma de sus manos era la rara línea que quería borrar de mi espalda, y la yema de su dedo que la recorría era un tren


El tipo llega al lugar, pide los besugos y después de esperar un rato aparece un anciano con la bata de cocinero, el viejo coloca sobre los ojos del besugo un paño rojo, le arranca la piel por ambos costados y lo lanza al agua contenida en una pecera, el viejo toma otro besugo y realiza lo mismo

-señor,- alguien me hablaba, levante la cara, el anciano de piel manchada parpadeaba:
-no los mire de esa forma-me pidió con voz ronca. Su rostro inexplicablemente, enrojeció de servil vergüenza...
Con una sonrisa sarcástica, volvía a mirar el interior de la pecera. ladeándose levemente los peces iban ascendiendo. Flotaban en la superficie con la cola hacia arriba, y nuevamente como si tuvieran un recuerdo, bajaban de nuevo, repitieron estos movimientos muchas veces hasta que finalmente se pusieron de costado y empezaron a temblar en la superficie. Sabia que mi cara tenia la misma expresión indigna que la del anciano, y observaba con ojos ansioso los huesos translucidos de los besugos que flotaban en la superficie


Al regresar del viaje su esposa le comenta que en el baño publico el niño decía hasta la desesperación la palabra nin-go-go, que significa le pregunta ella.

Estire un brazo y apreté la manita que salía del cobertor. En la cara dormida de mi hijo reinaba una gran tranquilidad. Era un reflejo de su confianza en mi como padre y en mi mujer como madre. para salir de viaje había juntado el dinero que había en casa y me lo había gastado todo, realmente. tenia yo derecho a ser su padre? Me di vuelta y solté su mano.
El sento (baño publico) abre a las tres. Después de descansar un rato, iré con mi hijo. La cicatriz en mi espalda será su objeto de juego, tal vez el mas adecuado


Y aquí recuerdo que cada vez que enciendo el fuego, o que cocino, la única manera de hacerle entender a mi hijo que el dolor existe son mis cicatrices, esas islas de piel que brotan entre el daño, como única memoria de un llanto infantil, y aquí mismo es donde Yoshimura termina el cuento:

Me cubro con las cobijas y cierro los ojos. Siento mas nítidamente que nunca su brazo en mi espalda. Curvos rieles de hierro. Imagino como por ellos avanza un trenecito a los tumbos y hace chirriar sus ruedas. Mientras ahí, va viajando mi niño.


Los cuentos con hijo me agradan demasiado, obvias son las razones, sin embargo, las causas literarias de mi afección a este tipo de cuentos se dirigen a la cuestión de que el personaje del hijo tiene muchas variantes, los dos cuentos anteriores son muestra de ello, en el cuento de Birmajer el hijo esta muerto y aun así, es el motivo central del cuento, su presencia es absoluta a pesar de que el entorno y el desarrollo del cuento parezca en ocasiones ser ajeno a esto, en Birmajer el hijo es una ausencia terrible, esas ausencias que se cargan durante toda la vida, y que afectan todo lo que al personaje vivo decide hacer: sus pensamientos, sus decisiones, su conducta y sobre todo su concepto de la vida. Pero a pesar de todo, en el ultimo momento Birmajer apuesta por la esperanza y la redención, el cuento no termina, y eso para el lector es suficiente.
El cuento de Yoshimura utiliza al hijo como accesorio, como vinculo con los actos, algo hay de remordimiento en el personaje, y todos sus elementos se relacionan con la idea de pertenencia, los símbolos aunque inusuales encajan perfectamente: las costillas perdidas, los huesos de los besugos, la cicatriz y la caricia del hijo, incluso el tren, las vías del tren, el baño publico, la dentista, solo a través de una historia sencilla Yoshimura puede reunir tal cantidad de objetos sin relación alguna y lograr una reflexión sobre lo irracional de nuestras obsesiones, Yoshimura habla entonces de nuestro egoísmo frente a los hijos, los raros impulsos de cada ser humano, y lo hace usando la figura del viaje, el desgaste y el retorno, el volver a la mano de su hijo, a esos huesos pequeños ajenos que llenan el hueco de su espalda y de su espíritu.



Wednesday, June 25, 2003

Antología del aire, de Gonzalo Rojas:
la poesía de un hombre llena el vacío



Arpa soy, salterio soy /Donde vibra el universo: / vengo del sol, y al sol voy:/Soy el amor: soy el verso.
José Martí



Porqué empezar con unos versos de José Martí un texto sobre Gonzalo Rojas, por una razón sencilla, para mi ellos dos son de los mejores poetas latinoamericanos, me lastima lo reducido de esta apreciación, pero me pregunto: hay traducciones de Marti?
si las hay, alguien recomiéndeme una buena, vayamos con el buen Gonzalo, lo leí a eso de los 20 o 21 años, tal vez antes, en una antología que realizó Marco Antonio Campos para la UNAM, ahí leí un poema que me llamó, por no decir que me arrojó al otro lado de la poesía:

A veces pienso quién, quién estará viviendo ronco mi juventud
con sus mismas espinas, liviano y vagabundo,
nadando en el oleaje de las calles horribles, sin un cobre,
remoto, y más flexible: con tres noches radiantes en las sienes
y el olor de la hermosa todavía en el tacto.

Dónde andará, qué tablas le tocará dormir a su coraje,
qué sopa devorar, cual será su secreto
para tener veinte años y cortar en sus llamas las páginas violentas.
Porque el endemoniado repetirá el mismo error
y de él aprenderá, si se cumple en su mano la escritura



Yo en media calle, leyendo ese libro escogido entre tantos de los que se ofrecían en el tendero del centro, fui llamado.
De dónde diablos había salido este tipo? Este poeta que me mostró lo sencillo y lo profundo de la poesía, no hay palabras ajenas a mi vocabulario en su poesía, de hecho, no hay palabras ajenas a nadie, Gonzalo Rojas entró a mi casa como un hombre que golpea con los hombros una puerta hasta derribarla.
Rojas es tal vez, el último de los poetas que se sostienen en la trasparencia, las palabras precisas pero comunes, lo interesante en el es esa construcción de lo imposible, hacer poesía con las palabras que usamos, pero más allá de lo lingüístico, Rojas alude a los sentimientos comunes, a las emociones de cajón, un poema como Carbón, dedicado al padre tiene uno de los finales más originales por lo común:

-pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.



El hijo, siempre el hijo que espera a su padre del trabajo terrible, ahí, Rojas niño comparte la corona del esfuerzo: el hijo en vigilia, siempre esperando.
Rojas es uno de los últimos poetas que dicen algo, a pesar de sus juegos lingüísticos, la emoción, el sentimiento, sigue presente, a veces irónico a veces demasiado tierno, pero en el hay una mezcla, una combinación perfecta entre el amor y la furia, que para Rojas viene a ser la misma cosa:

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa que me diste en el viejo paraíso.



Es difícil hablar de Rojas sin citarlo, porque? por que su poesía ya no existe en nuestros días, la emoción ha perdido, o esta a punto de perder una batalla importante contra la estética, la belleza se ha vuelto superflua, el lenguaje busca su negación, ya no quiere decir algo, quiere decirse, pronunciarse único, estéril y salvaje como si eso fuera posible, la poesía de Rojas es una braza ardiendo entre el hielo de los estetas, el no busca la belleza, la ha encontrado, tal vez con esfuerzo, pero sin duda lo ha logrado, en su poesia el amor sigue siendo "the only engine of surviving" que dice Leonard Cohen, sin el amor, la poesía nunca habría existido, su origen esta en esa raíz Roja que dice Rojas, amar, disfrutar, el placer esta en todos lados, aun envuelto en la tristeza el amor sobrevive, a pesar de la opresión, las traiciones y la banalidad, lo mismo las lesbianas, los burgueses todo lo que se busca es el amor, incluso, el cita las dudas, las grandes preguntas

Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor?



Sólo en este escritor he encontrado un gozo, un placer compartido, puedo leer ese placer que devora el dolor de saber la verdad, de saber cosas que los otros no saben, pero se lee el disfrute, la satisfacción de compartirlo, en ese acto es donde encuentro a este poeta, ese poema que le costo tanto tiempo, tal vez años, nosotros lo leemos, sostenidos por la sensación de haber sido atravesados por un relámpago, creo que Rojas ha escrito poemas a veces jugando, otras veces divirtiéndose, con dolor o con pena, pero siempre lo ha logrado, no me importan ni el origen ni el sentido original, supongo que Rojas tampoco cree en las intenciones de un texto, porque las mayoria de las veces el texto supera su origen, en Rojas hay un desborde, un exceso envidiable, una pulcritud y un atrevimiento rara vez visto, Rojas es el poeta del riesgo, cada poema es esta pregunta:
Qué se escribe cuando se escribe?
La respuesta esta en cada uno de nosotros.

La mujer del boticario/enemigos
dos cuentos de Antón Chejov


Es imposible escribir algo breve sobre Chejov, tal vez, lo mas breve que se puede decir de el, es que los criticos y los vendedores de libros lo describen como humorista, nada mas lejos, nada de malo tiene que Chejov fuera otro pilar del humor ruso como Bulgakov, el problema es que no lo es, como ejemplo sirven y bastan estos dos cuentos sobre los que escribo.

La esposa del boticario


Por otro lado siempre se le jusgo a Chejov de costumbrista, pero su realismo y cruel trazo sobre la realidad rusa fue mas alla de retratar bellos y tradicionales habitos de la vieja rusia, en este cuento, dos oficiales deciden pasar a la botica con la intención de ver a la bella boticaria, sin describirla, Chejov nos hace pensar en una joven caida en desgracia:

Aquí es donde hay un boticario con una cara agria y una quijada de asno. Vaya quijada... Con una como esa, exactamente, vencio sansón a los filisteos.
-Si, dice con voz de bajo el gordo- Ahora la botica esta dormida... La boticaria estara tambien dormida... Aquí, Obtesov, hay una boticaria muy guapa.
-La he visto. Me gusta mucho. Diga, doctor: podra querer a ese de la quijada? Sera posible?



Con el alboroto que traen despiertan a la mujer del boticario, le piden quince koppeks de pastillas de menta, con tal de seguirla viendo preguntan si no tendra algo de beber, ella les ofrece agua de seltz, ya animados piden algo mas fuerte: vinum gallicum rubrum, la pareja de oficiales se entretiene, uno de ellos es mas joven, despierta cierto afecto, cierto deseo en esta mujer, beben y se despiden, ya en la calle el joven pide regresar, el mas viejo le dice que regrese, tal vez la encuentre, ahora lo recibe el boticario, el joven pide de nuevo pastillas de menta, la mujer escucha pero no ve que el joven sale y lanza en el camino las pastillas de mentas, el boticario regresa, se deviste y vuelve a dormir, ella esta despierta

-que desgraciada soy- repite
y de repente rompe a llorar con amargas lagrimas. Y nadie... nadie sabe...


Ahí no termina el cuento, sigue peor

-me he dejado quince kopekas en el mostrador- masculla el boticario, arropándose en la manta-.
Haz el favor de guardarlas en la mesa.
Y al punto se queda dormido.



Para empezar cual humor, donde queda el costumbrismo entonces? Chejov derriba los muros del habito, Chejov escribe sin decirlo, aquí esta la costumbre: jóvenes desgraciadas, empleos mal pagados, juventudes entregadas a la vejez de un pais innoble.

Enemigos


la historia aun va peor que la anterior:
Un doctor que vela la muerte de su hijo es visitado por un jovenzuelo que le exige que vaya a visitar a su esposa que se encuentra enferma, el doctor le explica su situación: acaba de morir mi hijo, no creo que pueda ayudarle. Doctor, siento su dolor, le dice el joven, pero su hijo ya esta muerto, no hay nada que pueda hacer por el, pero a mi esposa todavía puede salvarla, he viajado mucho, cada hora, cada trote del caballo me ha resultado mortal, entiéndame. El doctor lo atiende y accede a darle ayuda a la esposa de este tipo.
Lo he contado abruptamente, no transcribo la preciso descripción del escenario desolado del doctor, porque el cuento realmente empieza cuando este contraste entre los dos personajes se da, con esa crueldad, con ese frialdad de lo inmediato, pero el cuento, insisto, apenas ha comenzado, después de recorrer unos 2 kilometros a caballo y llegar por fin a la casa del joven, este descubre que su esposa ha huido, lo ha engañado, y peor aun, acaba de escaparse con uno de sus amigos, aquí el joven llora, tiembla, palidece, le narra entre espasmos al doctor lo que es obvio: es un pobre diablo engañado por la mujer que amó toda su vida, y por si esto fuera poco, el cuento que ha dado tres vueltas de tuerca con agilidad y brevedad admirables, ofrece el gran desenlace:
Aboguin que es el joven llora, brama, escupe su desgracia, el ser abandonado por aquella a quien amaba, pero el doctor, un hombre que acaba de sufrir la perdida de un hijo se siente indignado por todo, le reclama su frivolidad al joven Aboguin, no acepta su dinero como pago y le dice con entereza todo lo que piensa sobre los miembros de su clase: los burgueses, los frívolos, los jóvenes ricos e imbeciles que son capaces de amar a una escoria similar a ellos.
El cuento termina con ese odio declarado a los que desconocen el dolor real, Chejov admite que es injusto, pero que en ese hombre, ese personaje que al igual que el es un medico rural, el desprecio, el rencor y el odio es algo que "ellos" han sembrado sin darse cuenta.

Wednesday, June 18, 2003

Dios no nos quiere:
The fight club de Chuck Palahniuk


Si yo hubiera leído este libro hace unos 8 años, es decir, antes de que fuera publicado por primera vez en 1996, algunas concepciones que ahora tengo sobre el mundo serian diferentes. No fue así, acabo de leerlo hace unos meses, la película la vi hace 4 años, me gustó, pero no hablaré de la película, la mayoría la han visto y saben de que trata, me dedicare al libro entonces.
El libro en si esta hecho deliberadamente para provocar asco, desprecio y obviamente el descrédito de su autor. Considero a Palahniuk un primo joven de la generación X, algo extrema mi apreciación, pero este autor va encima de algo que Douglas Coupland y Brett Easton Ellis rozaron apenas: la idea del consumismo como un cancer.
Lo que en Coupland y Easton Ellis es la vida de unos personajes rodeados en el placer que ofrece el consumo, en Palahniuk es la negación de dichos placeres confusos y dolorosos.
The fight club es una novela habitada por la enfermedad, tanto de su personaje principal: doble personalidad, como la de sus personajes de compañía, Marla y tyler durden, los dos de alguna forma son su salvación, aunque marla representa la bondad, tyler es la liberación
De que trata la novela, de romper con la condena que nos proporcionan nuestras pertenencias, el rebelarse contra un sistema donde seguiremos pobres mientras no abandonemos un sistemático consumo en búsqueda de nuestra salud. Palahniuk a través de su personaje, un investigador de accidentes de auto nos muestra a un acomodado jovenzuelo que vive de la muerte de otros, un chico que vuela casi a diario y que sufre de un terrible insomnio, a tal grado que asiste a lo grupos de apoyos de enfermos terminales, solo para sentirse mejor, para aliviarse, para poder dormir.
El chico no es ningún inocente, Palahniuk maneja una formula críptica usada por la industria automotriz: si es mas caro indemnizar a las victimas de nuestro error de fabrica se hará la corrección, si es mas barato indemnizar, el carro seguirá en venta.
Una noche este chico ve estallar su departamento en llamas, casualmente la noche que conoce a un tal tyler durden, un hombre supuestamente sin ataduras y con la moral mas baja en relacion a los demas, es de nuevo un Mersault pero gringo, con una filosofía abaratada, una filosofía en respuesta a nuestra epoca, es decir, una ideología que va de lo ingenuo a lo salvaje, Durden, al contrario del Mersault de Camus, ve la posibilidad de volverse un héroe, un símbolo, una leyenda.
Que es lo que piensa Durden: que al sistema hay que vencerlo con sus propias armas, lo que solo puede significar: no consumir, no gastar, pero lo Durden busca es lograr que el sistema financie su propia destrucción, Durden es un experto en explosivos caseros, sabe como hacer jabón, que a fin de cuentas es el mismo método para hacer explosivos, pero aquí es donde comienza la repulsión: el mejor jabón se hace con grasa humana, que mejor lugar para conseguirla que las clínicas de liposucción
-les vendemos la grasa que estas mujeres pagan por quitarse- una ironia dice Durden, un buen negocio dirian otros, Durden trabaja de proyeccionista y entre los cuadros de la cinta incluye escenas pornográficas, es subliminal entonces.
La filosofía de Durden a pesar de barata es tierna, pongo de ejemplo la misión de matar a diez personas, pero no se trata de asesinarlas, sino de exterminar sus almas mediocres a través de la amenaza de muerte si no corrigen sus vidas, el dejar caritas felices (emoticons) artesanalmente dibujados por un delicado diseño de explosivos en los edificios de las grandes corporaciones, orinar en las sopas de langosta, tirarse pedos encima de un soufflé, todo eso no son mas que travesuras de adolescentes, globalifobicos imberbes.
Lo grueso viene en el club de hombres golpeándose, la necesidad de mostrar poder fisico ante el otro, el relajarse, el desahogo violento, ese coraje por todos contenido, después de tantas humillaciones, darse de golpes con alguien o recibir los puños de alguien deben de servir para hacer a estos hombres adictos a lo visceral a lo autentico, ahí es donde encuentro una breve sinceridad, Palahniuk fuera de eso es un joven rearmando slogans: Dios no nos quiere, no eres tu auto, no significas tu ropa, no eres lo que te pertenece, una especie de Adbusters pero paradójico, no se volvio su libro tambien un objeto de consumo, no se convirtió en un película con un regular éxito en taquilla, prefiero pues la palabra paradoja a la llano y poco injusto termino de hipocresía.
The fight club debe leerse con reservas, no es un libro peligroso, tiene verdades que ha mucho nos gusta gritar pero preferimos ocultar, es entretenido, un buen distractor, no tiene malas ideas para destruir al sistema, el único problema es que son imposibles, bueno, eso pensaba hasta que vi las torres gemelas en llamas, curiosamente Palahniuk termina asi la novela, con el World Trade Center derrumbándose y con tyler durden cuidado por una legión de fanaticos en el hospital:
-estamos haciendo lo posible por traerlo de regreso señor-
Sólo faltó que cerrara con First we take Manhattan de leonard cohen.

Monday, June 09, 2003

Albert camus:
El primer extranjero



El 4 de enero de 1960 en la autopista de Villebleuvin Albert Camus de 47 años estrella su auto contra un arbol, las hojas de un manusctrito, algunas de ellas, se despliegan en el piso del auto, Camus ha muerto de manera instantánea.

sacudí el sudor y el sol. Comprendí que había roto el equilibrio del dia, el silencio excepcional de una playa en la que había sido feliz. Entonces, tiré aun cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que las balas se hundían sin que se notara. Y era como cuatro breves golpes que daba en la puerta de la desgracia
El Extranjero



Leí El Extranjero a eso de los 22 años, sólo puedo decir un lugar común, me impactó, Mersault, es el primer hombre en la novela francesa que decide no enfrentarse a nada, a veces pienso que este libro debío haber llevado el nombre La Condena, ya usado por Kafka, sin embargo, creo que Camus se refiere al extranjero del mundo, asi como hay posturas inocentes e ingenuas de considerarse "ciudadano del mundo" Camus opta por considerarse "extranjero del mundo" no tanto como alguien que inmigra en un territorio de manera ilegal, sino como alguien que no pertenece, alguien ajeno a las ideas que dominan al mundo, qué es lo que condena a Mersault a la hora del juicio, la falta de sentimentalismo: no haber llorado en el funeral de su madre.
Eso lo cataloga como un infame, pero para Camus, eso es solo una implicación mas de ser extranjero, el asesinato de un arabe en la playa sobrepasa el termino, Mersault le vacia las balas de su pistola, su argumento es que le molestaba el sol
Mersault acepta la sentencia, morir colgado, no hay resignación, ni arrepentimiento, hay un sentimiento "extranjero" al mundo: aceptar que la felicidad ha terminado, que no tiene mas posibilidades, este desprenderse de toda sensación, coloca a Camus como el creador de uno de los personajes mas importantes de la literatura: el hombre sin ataduras, tiempo después lo diria Kundera en "La vida está en otra parte": "El mejor hombre es aquel que nace sin padres", Camus alude a la falta de pertenencia, al rompimiento de ataduras milenarias, vuelvo al asunto de su condena, lo que lo hunde es la ausencia de llanto en el funeral de su madre, no puede haber (ante los ojos del mundo) hombre mas vil, pero yo me pregunto, porque tendría que hacerlo, acaso el llanto es el unico gesto del dolor.
Camus pues, supone que parte de su felicidad ha llegado a su fin con la muerte de su madre, el resto que le queda, lo asesina cuando mata a un arabe en la playa de Argel, de ahí en adelante, no hay mas, porque sufrir, para que confesarse, Mersault puede ser un asesino pero es un hombre libre, un hombre ajeno a la visión catolica del mundo, el acepta su culpa, no hay defensa, las cosas suceden y uno no debe aceptar las consecuencias, sino el hecho. Camus es pues el primero en proponer que el hombre debe ser liberado de esas limitaciones sociales y teologicas que detienen a todo hombre de hacer lo que en ese momento cree injusto pero necesario. Un hombre asi, es sabido es de lo mas peligroso, pues no defiende nada, ni ataca nada, no tiene filiación alguna con el mundo es eso "El Extranjero"

Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparecer jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa.
La peste



En la peste Camus explora no tanto el temor a la muerte y a la devastación, sino el fin de la felicidad individual a traves de la crónica de una enfermedad mortal, en el desarrollo de esta novela el doctor Rieux dada su responsabilidad como medico debe aceptar la separación de su familia, los hombres entran en una especie de cuarentena tormentosa, pues va mas alla de los cuarenta dias, Camus vuelve a colocar al hombre en una situación extrema: todos tienen la posibilidad de morir, sin embargo, al autor no alude a la premisa barata de que tanto pobres como ricos son iguales ante la muerte, sino que las ideas le son ajenas, no importan nuestras inclinaciones liberales, conservadoras o religiosas, la muerte ha llegado sobre toda una ciudad, y no le importa si hemos sido malos o buenos, fieles o traidores, Camus va mas alla entonces, ante la muerte hasta los justos siguen siendo un monton de huesos, y aquí comienza la propuesta mas arriesgada de Camus, dios no existe, estamos abandonados en esta tierra y la fortuna y la desgracia no tiene nada que ver con algo externo, la enfermedad esta ahí, aguardándonos y el saberlo, nos hace libres pero desgraciados.

Fue en ese momento cuando leyo sobre la lapida la fecha de nacimiento de su padre, percatándose entonces de haberlas ignorado. Después leyó las dos fechas, 1885-1914, e hizo maquinalmente el calculo: veintinueve años. De pronto lo asaltó un pensamiento que lo sacudio incluso físicamente. El tenia cuarenta. El hombre enterrado bajo esa lapida, y que habia sido su padre, era más joven que él.
El primer hombre



Antes que La Peste, habia leido este libro, esa imagen, del hombre mas viejo que padre muerto me sacudio tambien, en esas breves lineas comprendi lo que este libro iba a tratar: la memoria de un niño muerto, la ausencia de un padre, el vacio de saber que no hubo ni habra hombre que le hable cuando el este en edad de escuchar.

algo habia ahí que escapaba al orden natural y, a decir verdad, ni siquiera tal orden existia, sino solo locura y caos en el momento en que el hijo era mas viejo que el padre



Jaques Cormery, el personaje de esta novela autobiografica, recorre la memoria de su vida desde el momento de nacer, con su padre llevando a caballo a su madre encinta, pues no hay medicos cerca, recorre una infancia miserable en terminos economicos pero feliz, Camus, guardameta de su equipo de futbol, debe tomar esa posición pues es pobre, y no puede gastar sus zapatos jugando, Camus narra su desesperación al enterarse que su madre no sabe leer, su profesor German Louis tambien aparece en la novela, de hecho, al final se publica una carta mandada a este hombre dias después de haber obtenido el Nobel, en esa carta le agradece sus enseñanzas y se declara "su alumno agradecido".

Camus ha dejado en mi cierto respeto por la vida, cosa que a veces me quita Cioran, pero vuelvo a Camus, un escritor interesante tanto en su obra como en su proceder publico, mas famosos que estos libros son sus discusiones y enfrentamientos con Sartre, su oposición al comunismo, su filiación a la izquierda extrema, radical hasta lo ultimo, jamas estuvo en contra de la guerra en Argel, pues el suponia con suficiente razon que las victimas al ser liberadas se convertirían de inmediato en los nuevos asesinos, y sobre todo sus posturas frente a dios "hay que tener fe en que dios no existe" decia, ojala hacer eso fuera menos dificil.

Arturo Perez Reverte:
un buen periodista escribe pesimas novelas


De Reverte, solo agradezco su novela "Territorio Comanche" esa corresponsalía autentica, esa necesidad de narrar los horrores, y los tiernos momentos que se dan en medio de un masacre me parecen justos, una novela que no es ficción, donde los personajes son reales y entrañables, como su compañero camarógrafo obsesionado con grabar la destrucción de un puente, que en palabras de Reverte, querer hacer esto es igual de peligroso que defender el puente mismo, nos da una idea precisa y nada romántica de lo que es una guerra en estos dias, desgraciadamente esa novela la preste y jamas me la devolvieron, asi que no podre poner citas. Total.
El asunto es que Reverte esta en contra de estas guerras por que son cobardes y arteras, la tecnología solo a perfeccionado el desempeño de los asesinos, a los que ya no podemos llamar soldados, aunado a esto, el hombre es criminal entre la multitud, el animal salvaje que tenemos dentro se convierte en un mounstro sin justificaciones.
Como novelista, Reverte es malo, no dudo que el se divierta escribiéndolas, y que mucha gente las encuentre entretenidas, su unica justificación es que después de veintiun años como corresponsal de guerra, recurra a la fantasia y escriba esas noveluchas que a mucha gente gustan, solo he leido La piel del tambor, es mala, solo digo que esa novela termino entreteniendo la dentadura de un perrillo que disfruto mucho las pastas duras de una edición especial de Plaza & Janes.
Pero como articulista, mis respetos, sus colaboraciones a el diario El Pais, recopiladas en dos volúmenes Patente de Corso (1993-1998) y Con animo de ofender (1998-2001) son un claro ejemplo de lo que un escritor, o un periodista escritor, como mejor les parezca debe de escribir para un periodico, dada la distribución y numero de lectores, un periodista, o un columnista (como les decimos por aca) tiene minimo que expresarse como este hombre que ya ha visto casi todo con sus propios ojos, a el no viene a contarle nada, por lo tanto, ante su idea de que el mundo es mierda, puede entonces escribir como le venga en gana:

Podria perdonarle cualquier cosa, ya lo ve. Hasta que mi madre vote ahora por el PP. Hasta que la peseta sea una mierda, y que yo vuelva a avergonzarme, gracias a usted, de ser español cuando salgo por ahí. Hasta podria perdonar esa cara que se le ha puesto, abotargada de poder y de soberbia. Pero lo que nunca podre perdonarle es incapacitarme para escribir otra crónica como la de aquella lejana noche de esperanza (se refiere a la del triunfo del PSOE en 1983). Porque en estos doce años usted nos ha robado la inocencia.
Hágame un favor. Vayase a hacer puñetas, señor presidente.
Patente de Corso



Creo que todos aquí le hemos mandado a hacer puñetas a Fox, pero nadie se lo ha dicho por escrito, ya me imagino la respuesta:

"hombres y hombras, en alusion a mis distracciones manuales, solo puedo decirles, mujeres y mujeros de México, que ese asunto ni se toca, ni se para"

Vuelvo pues a estos dos libros muy interesantes, Perez-Reverte es un guarro, pero solo en el acepto terminos que anagrama nos ha querido endilgar en voz de bukowski y burroughs: la hostia, puñetero, hijo de puta, la leche, gilipollas en este hombre se leen de lo mejor.
Su temática es variada, van de la guerra a la literatura, los impuestos, los hijos de puta que abundan en las calles, los hombres de oficio como el caso de un carpintero que le elabora un librero:

Después nos dimos la mano, y entonces me pregunto si no me importaba que viniera a ver el mueble cuando ya estuviesen puestos los libros. Le dije que en absoluto, que viniera cuando le apeteciese. Y el otro dia lo hizo. Aparecio en el umbral, timido, sin atreverse a entrar después de haber pasado varios dias entrando y saliendo como pedro por su casa. Por fin dio unos pasos y se detuvo ante el mueble, impresionado. Relucían los dorados lomos de las encuadernaciones y el viejo Derflinger en su urna.
-caben mil doscientos- dije
El movia despacio la cabeza, sonriendo orgulloso. Entonces fui al frigorífico y le traje otra cerveza con muchísimo respeto



Me cae bien este hombre, que lo mismo escribe de ladrones con clase como de chapuceros guarros que viven del gobierno, lo mismo se llama hijo de puta, como llama asi a todos los españoles por no respetar las casas donde vivieron Lope de Vega o Cervantes, se que decir cosas en un periodico no sirve de nada, pero al menos existe la comunión, el estar de acuerdo y decir: Coño, hasta que alguien les dijo algo a estos hijos de puta.

Friday, June 06, 2003

Apología del Bibliófilo


Nada me causa mejor impresión de cercanía que el librero de otra persona, el saber que a diferencia de otros es un auténtico acumulador de libros. Considero, aunque ingenua, más noble a toda aquella persona que compra libros porque le parecieron atractivos, o porque el nombre le es familiar, o en su defecto porque el nombre no le dice nada pero las primeras páginas lo dejaron como a un poseso y a pesar de resistirse, termina comprando ese libro de un "desconocido"; prefiero a estas personas a las otras, las que siempre van preguntando si el libro es bueno, si es recomendable, o en la peor de las posturas si le gustará. Como si los libros fueran hechos expresamente para eso, para gustarles a algunos y a otros no, o para gustarle a alguien en especial.
Esa persona que cree tener buen gusto o inclinaciones exóticas sobre la literatura, esta es la gente que tiene pocos libros, la que se mide, la que de cierta forma se cree muy exigente porque ve sus libreros llenándose con lentitud. Un buen bibliófilo acumula muy pocos libros malos; un bibliófilo en extremo, los conserva; uno práctico, los vende, los presta a gente que sabe que no regresa ni las cucharas o los regala, pero conforme pasa el tiempo, su biblioteca crece y se va depurando; un no bibliófilo sigue con un número reducido de libros y depurándose: libros prestados, robados, perdidos.
El bibliófilo como el no bibliófilo posee ciertas verdades en sus lecturas o adquisiciones (que no es lo mismo). Conforme los libros se acumulan, aunque no hayan sido leídos en su totalidad, han cumplido su misión: dirigir nuestras lecturas, ser más exigentes, buscar con más dedicación y lo que es mejor, reconocer nombres o textos que se quedan en nuestra memoria.
Un ejemplo, en la revista El Cuento había yo leído dos cuentos en distintos números, uno llamado "El colombre" y otro "La torre Eiffel", ambos entrañables, los recordaba de manera muy imprecisa. Un día vi un libro seriamente maltratado, sin pastas y sin las primeras páginas, lo primero que vi fue el nombre del cuento, tomé el libro y encontré en él otro cuento conocido, los dos en mi pésima memoria no correspondían al mismo autor, pero tener ese libro grueso en mis manos me decía lo contrario. Total, compré el libro maltratado y al llegar a casa consulté la revista El Cuento; el autor: Dino Buzzati, italiano que ha escrito algunas novelas inconseguibles por aquí. El saber este dato, me ha llevado al extremo de comprar esta colección de cuentos cada vez que la veo (hasta el momento dos).
Otro ejemplo para dejar claro el punto en que los libros y el bibliófilo se encuentran, o se corresponden. Un día compré una antología de ciencia-ficción rusa de Bruguera. La mayoría de los textos resultaron pésimos, bastante científicos y repletos de consignas socialistas, salvo dos cuentos: "La máquina ce modelo nr-1" y "Los cangrejos caminan sobre la isla". Curiosamente los textos son disímbolos, por un lado un entretenido relato de humor y por el otro un detallado ejercicio de terror, igual que con Buzzati no puse mucha atención en el autor, pero un día en la misma librería de viejo, encuentro el libro La fórmula de la inmortalidad del ruso Anatolio Dnieprov el cual incluye el cuento de "Los cangrejos" y el de "La máquina ce modelo nr-1". La antología en conjunto no la recuerdo con precisión, pero estos dos cuentos me han formado el propósito de leer con más atención el libro de Dnieprov.
El punto al que quiero llegar es que el bibliófilo siempre tendrá mayores posibilidades de estos encuentros, de esta correspondencia con la lectura, mi primer aprendizaje es éste: entre más tiempo de muerto tenga el autor, aumenta su calidad. Claro que toda regla tiene sus excepciones, pero esta hay que tomarla muy en cuenta, pues sigue otra: el buen escritor siempre abraza al viejo o carga al muerto, nunca niega el origen de sus ropas, todo buen escritor siempre pronuncia el nombre del maestro: Onneti - Faulkner; Borges - Chesterton, Coleridge y un nombre infinito que conforma en el presente su solo nombre.
Todo bibliófilo, aunque parezca algo enfermo, con el tiempo ve recompensados sus no escasos esfuerzos: su visión del mundo ha crecido, sus autores preferidos habitan o habitaron los cinco continentes; se vuelve un lector que, ahora sí, puede recomendar un libro con toda tranquilidad, sin temor a equivocarse que a fulano le guste, o evitar que sean otros los que compran los libros que él quiere.
Por último, quiero confirmar mi afecto a todos aquellos que compran libros con pasión, a pesar de ser conciente que por el momento no tengan tiempo para leerlos, pues todos ellos tienen una visión más positiva sobre el futuro. Tanto ellos como yo, soñamos con un tiempo mejor en nuestras vidas, el tiempo de leer aquellos libros que hacen fila en cada hueco de nuestras casas, por ellos va este breve texto, por ellos que esperan, por ellos que buscan y crean un espacio breve y a la vez infinito para de vez en cuando robarle una página, una hojeada a este tiempo que nos aleja de los libros.


Los libros del desvelo


Algunas veces, uno no duerme, porque hay un libro enmedio de la almohada y el amanecer. Ese libro, fiel compañero de cama, nos deja aturdidos, la atención de todo el día queda en él; la otra vida, la imaginaria, la de aquel personaje nos mantiene inquietos y distraídos de nuestras ocupaciones, nos hace volver a casa temprano, cancelar compromisos, nos deja dispuestos a la noche y la blanda oscuridad.
Generalmente, es un libro bueno, raras veces, por obligación un libro regular nos deja en esta situación.
Yo recuerdo uno en especial: El desfile del amor de Pitol, la historia no era para mí de lo más atractiva, pero algo tenía que no podía dejar de leerlo, Pitol había inaugurado en mí la obsesión por el misterio. En ese sentido, la novela es imprescindible, tiene un gancho estrictamente literario; su secreto, supongo en mi breve saber, está en la estructura. Pitol arma un anzuelo perfecto y al lector le deja lo fácil: pescar las respuestas como mejor las entienda.
Otro autor que me ha desvelado es Stephen King, que a pesar de ser un best seller, y como tal, autor de libros y cuentos bastante malos, tiene sus aciertos, sus aciertos formidables, yo tengo cerca siempre cuatro libros de su autoría: Christine, Carrie, El Resplandor y el que yo considero su obra maestra It (eso) que es todo un homenaje a todos o casi todos los géneros del terror.
José Saramago me mantuvo ojeroso con su Ensayo sobre la ceguera, al igual que Eliseo Alberto con Caracol Beach (que también es de una estructura ingeniosa), Sartre con La infancia de un jefe, y Camus con La peste. Curiosamente El extranjero cae en la categoría de los libros que deben leerse en la presencia del sol, pero ese es otro texto.
A lo que quiero llegar, es que hay libros que parece que se adueñaran de nosotros días enteros, libros capaces de alejarnos de nuestra mísera órbita terrestre, que nos hacen vivir la vida de otro, que nos hacen pensar en otras situaciones, recorrer otras ciudades, pensar en una mujer imaginaria; libros que nos reparan aunque sea un poco nuestras vidas, y es ahí en esos breves o extensos libros, donde la literatura florece en nuestras almas, porque nos hace sentir y pensar como otros, y al suceder de las páginas, poco a poco nos vamos volviendo otros, aprehendemos cosas, palabras, frases y visiones para tener un concepto de vida aparte de todos aquellos que no se atreven a imaginar una vida distinta, un escenario distinto a su pensamiento. Existen esos libros allá afuera, no están buscándonos, están dispuestos a encontrarnos entre el o los tropiezos de nuestra vida común, porque los libros, la mayoría nos encuentran en momentos justos donde son necesarios, pero eso ya es otro texto también. Lo único que quería decir, es que hay que guardar esos libros que no nos dejan dormir, porque en ellos, están, paradójicamente, algunas respuestas necesarias y el descanso.

Bukowski, el peor narrador publicado


Bukowski es entretenido, cualquier persona con experiencias oscuras lo es. Bukowski es divertido, más fácil aún, el humor es nato y solo los desgraciados carecen de él. Bukowski es obsceno, esto demuestra el rechazo del lector a la clase trabajadora como una fuente del erotismo rudo. Bukowski es duro, si transcribes tu vida tal cual, corres el riesgo de confirmar el vacío o la pasión de tu vida. Ya lo decía Rilke, no culpes a tu vida de ser monótona, cúlpate a ti mismo por hacerla así.
El único valor de Bukowski recae en el atrevimiento, la disposición a pasar a máquina casi todas las cosas de las que es testigo, tiene la ventaja de haber creado un mito que conforme crece el tiempo es cada vez más grande, el valor está en su posición, su postura de beber hasta morir, de ver el mundo jodido, es su visión lo que trasciende, la capacidad de volverse el último maldito del siglo xx, el gran mito del borracho que de vez en cuando es feliz, que escribe sin intenciones, sin ganas de molestar a los otros, es la escritura su nueva arma. Después de 49 años en la miseria y siempre cerca de la muerte, Bukowski decide escribir, y aquí empieza, en este momento, mi rechazo a una parte de su obra. Ciertamente Bukowski decide escribir en vez de tomar un arma y matar a otro o matarse a él mismo, pero decide escribir mal, la mayoría de sus relatos, no pasan de ser apuntes autobiográficos, que conforme el lector recorre estos textos realistas, termina confundiéndose. Hay a lo mucho seis textos narrativos de Bukowski que merecen defenderse pero hasta ahí, hay textos realistas que parecen obra de la imaginación del gran Charles, y hay textos fantásticos que uno da por reales en la vida del pequeño Bukowski, uno de los textos que a mi siempre que lo leo me causa simpatía es el llamado Solzimer, donde un jugador veterano de futbol americano colegial le confiesa haber volado en un juego decisivo con sólo pronunciar la palabra Solzimer, el personaje decide invitarles algunas cervezas mientras este hombre le cuenta su historia, al final del cuento, los dos salen del bar y son detenidos por un par de policías, el viejo jugador de pronto pronuncia la palabra mágica y se aleja volando, queda Bukowski a merced de los agentes y decide pronunciar la mencionada palabra y entonces se eleva sobre la ciudad y se aleja del suelo mientras atina a encontrar su casa y ve bajo de él la autopista iluminada por una imposible cantidad de autos. Son pocos los cuentos en los que Bukowski recurre a la imaginación, todo lo demás son trascripciones excesivamente realistas que uno termina por considerarlas exageradas, excesivas, absoluto delirio o fantasía del viejo Bukowski. Casi nunca vemos al Bukowski escritor, siempre es el hombre jodido por el mundo, por los otros, ajeno al bienestar, decide vaciar su pistola de rencor con cuentos mal elaborados, consumido por un odio, sus relatos se vuelven consignas contra lo detestable del mundo establecido, bromas de mal gusto, proyecciones a veces divertidas de su alter ego chinaski, trascienden algunas imágenes entre líneas, algunas frases finales donde la poesía se instala de manera absoluta, pero son pocas veces, pocos relatos comparado con la prolijidad de este autor, que antes que ser narrador, es uno de los poetas más interesantes del siglo xx, pero de esto, hablaré en otras páginas.

Edgar Rincón Luna

Stephen King, entre el amor y el terror


Todos alguna vez hemos tenido esa sensación. Algo nos ha sobresaltado y de pronto algo nos arroja fuera de nuestro pensamiento y estamos lejos de la calma y de lo que sabemos del mundo. Eso es el miedo, el terror, el saberse en otro sitio que no conocemos y que nos parece turbio e intranquilo. Eso es en algunos casos un libro de Stephen King. Por otro lado, tenemos cada quien alguna historia que no es de terror, es decir, que no es fantástica en su totalidad, alguna anécdota de la infancia o de esa etapa en que la inocencia se desvanece y nos enfrentamos a la realidad sin darnos cuenta del momento exacto en que nuestra mirada cambió de sentido, o de esa vez que enfrentamos un terror real, tangible y claro; también eso se encuentra uno en los libros de Stephen King.
Este escritor ha dejado una profunda huella en mí, con cuatro libros de sus más de 40 que conforman su obra: Eso (It), Christine, El resplandor y Carrie, todos estos de terror. Pero antes de continuar, debo precisar que el género manejado por King, es un terror distinto, donde se conjuga lo natural con lo extraño, la realidad con lo fantástico, los personajes de King son poderosos porque son reales, son personas comunes y corrientes que se ven expuestos al mal; el punto más interesante es su concepción del mal. Para King, el mal es una esencia arraigada en la tierra, una especie de fuerza que sólo busca un vínculo para expandirse, o en su defecto purificar la tierra. En la mayoría de sus historias esto se da. En Cujo el mal aparece a través de un perro que es mordido por un murciélago, pero el escritor deja una pista, la cueva donde mete la nariz el inocente perro, es dueña de un olor peculiar, casi ancestral como si ese lugar existiera desde el origen del mundo. En Christine, el vínculo es el viejo LeBay y su auto maldito, o maldecido por él, que desde pequeño mostró poco cariño por cualquier sustancia viviente, y este espíritu del mal se transmite al joven Cunningham de manera terrible: el mismo lenguaje de LeBay, el mismo carácter, incluso una lastimadura en la espalda, la marca de cigarrillos y de cerveza. En El Resplandor el sitio es un hotel viejo construido sobre un cementerio indio, donde por supuesto el mal ha hecho su nido y guarda en su historial crímenes de verdad espeluznantes: dos gemelas muertas, un ajuste de la mafia y el contacto mortal de la maldad con el padre de familia que enloquece y termina destrozándose el rostro con un marro poseído por varios espíritus en medio de una fiesta delirante. Por ultimo It (Eso) que es hasta ahora la novela de terror más intensa y compleja que mis breves lecturas sobre el género me ha brindado.
Esta obra es un claro homenaje al maestro del terror H. P. Lovecraft, pero es un homenaje tan preciso y transparente que King se apropia de la herencia y de la tradición del terror para siempre, en esta novela, el mal existe en el fondo de un pequeño pueblo y hace su aparición cada veintiocho años a través del miedo de los infantes. Esta esencia del mal se alimenta de esa forma y se regenera, pero en 1957 casi es vencida por un grupo de niños que enfrentan temores reales, madres posesivas, la muerte de un hermano, golpizas por ser negros o gordos, asma, entre otras cosas. Cuando el terror regresa, estos pequeños ya tienen sus treinta y tantos de años, y sus temores no han cambiado mucho, se reúnen en su pueblo natal para combatir a esta criatura. Súmenle a esto un marido golpeador, un maniaco suelto y todo el mal posible y se tiene una novela de lo más atractiva e intensa, estructurada a dos tiempos, el de la infancia y el presente, los enfrentamientos con su propio pasado y el misterio que va tomando forma mientras se avanza por un laberinto de pánicos infantiles y tan verdaderos como propios. It cierra un ciclo en la literatura de terror, vuelve a la raíz podrida que dejó Lovecraft y King hace crecer ese árbol siniestro en nuestras mentes, crea un bosque terrible habitado por eternas criaturas del mal.
Sé que la mayoría dirá: yo he visto estas películas y son malísimas, de eso no hay duda, son malas y nadie lo pudo evitar, pero los libros no. Las películas son pésimas porque carecen de King por completo, son algo distinto, están hechas para entretener no para asustar a la gente o dejarla con preguntas sobre la presencia de lo maligno, sin embargo, de King hay películas excelentes, curiosamente no son de terror, una es Stand by me (Cuenta conmigo), basada en el cuento El cuerpo. The Shawshank redemption (Sueños de fuga) y The green mile (Milagros inesperados); estas obras en lo particular tienen un tono realista y tal vez más terribles, porque en ellas el mal es algo que permanece dentro de nosotros y que le es exclusivo al género humano, al igual que la bondad o la capacidad de comprender.
En estos relatos conviven las contradicciones del hombre, sus conceptos de justicia y del crimen, la venganza, los rencores, la esperanza, la ignorancia y la inteligencia, su capacidad de asombro y de indiferencia, en pocas palabras el terror en sí.

Dos (o más) cuentos de Julio
Cortázar: Cuentos completos



Si existe un escritor que traspasó la barrera entre su visión del mundo y la de sus personajes es Julio Cortázar, claro, entre tantos otros, pero hoy hablaré particularmente de este narrador argentino.
Es difícil empezar a hablar de alguien tan conocido y por si fuera poco, tan estimado por la mayoría de los escritores. Creo que cada uno de nosotros tiene esa historia primera, esa primera vez que sus ojos cayeron sobre una obra que se queda para siempre tras los párpados.
En México, donde la mayoría no tenemos memoria, el libro de tercero o cuarto de primaria contiene dos textos breves de Cortázar, uno es sobre la lluvia cayendo frente a la ventana y el otro es un cuento breve sobre un par de anteojos que se rompen dentro de su estuche, pero esto en lugar de traerme recuerdos gratos, me demuestra que la educación en México nunca ha estado al nivel de sus libros de texto.
Regreso a Cortázar. Lo primero que leí de él fue Rayuela; tenía yo 16 años, obviamente no entendí más allá de lo que en ese momento debería entender: la literatura no tiene reglas, la literatura es un juego, es una broma en serio. La lectura de este libro me conmocionó en menor medida que otros, la verdad es que enmudecí ante tanta destreza, cinismo y sarcasmo de Cortázar. La novela es magnética y hablaré de ella en otra ocasión, la cuestión es que ese nombre quedó en mi cabeza para siempre, cualquier libro de él iba directamente a mi librero. Cortázar había desarrollado en mí un instinto de lector salvaje, devoraba como un bruto los cuentos que me pasaban por los ojos como perfectas obras del lenguaje, pero las historias nunca las leí hasta que un día, mi amigo Carlos Molinar me contó uno; yo le estaba platicando de algunos libros que había comprado de Cortázar, por los títulos supo cuáles cuentos venían en cada uno, y como mencioné anteriormente me contó uno o dos. Yo, lo confieso, me quedé atónito, esos cuentos no venían en los libros, estaba seguro. En la tarde los leí, mi azoro ante el lenguaje, los juegos y un estilo inconfundible había hecho que mis primeras lecturas no fueran más allá de un feroz resplandor que me negó las historias, los personajes, el desfile de cosas sencillas que recorren cada cuento de Cortázar. Gracias a este amigo leí (ahora sí) los relatos de este argentino terrible, y ahora vuelvo al principio: ¿por cuál cuento se agarra al Cortázar?, ¿los que hablan de las ciudades, del amor, de la infancia, de la interminable adolescencia de algunos personajes, las mujeres, el absurdo, la juventud que de prisa transita por sus libros, el horror tan perseguido por él?
Casi todos sus cuentos son dignos de recordarse, La noche mantequilla, Los venenos, Circe, La Señorita Cora, La noche boca arriba, Carta a una señorita de París, El axolótl, La flor amarilla, y la lista, aunque finita, es extensa.
¿Qué hay en los cuentos de Cortázar que son obligatorios siempre que se habla de narrativa? Es tal vez el único escritor de juventud que se queda para siempre, pero ¿en qué reside esa veneración? Creo suponer algunas cosas: la extraña sensación de cercanía con el autor y sus personajes, esa forma que tiene de sumergir al lector en una historia singular y dejarlo seguir nadando en la incertidumbre, lo cual es mejor que el terrible hundimiento de la certeza que tienen otros de sus cuentos, lo de Cortázar es la sorpresa en frío, lo inesperado pero contundente, es decir posible. Es curioso notar que en algunos cuentos los personajes terminan enfrentándose a la calle, son arrojados al exterior buscando el olvido o la separación de lo que acaban de ver, oír o vivir.
Pero hay algo más en los cuentos de Cortázar, la sensibilidad de sus personajes, que a pesar de ser breves son capaces de mostrar emociones profundas, las leves reflexiones o memorias en corto con que inicia cada cuento, hilando tal vez en esa densa madeja de dudas, o de recuerdos el verdadero principio de la anécdota. La cantidad de narradores que puede ser, esa cantidad de voces que ha desplegado a través de su obra, esos personajes víctimas del asombro, de la casualidad y el absurdo, todo originado en la imaginación, en la capacidad de inventar lo que existe, de ser otros dentro de él mismo, en eso está el secreto, en ese humor individual, ese amor por las calles y las ciudades, en su inconformidad, en la capacidad de leer entre muros y abrigos historias que pasen como un fulgor y nos asomen al mundo.


José Saramago: dos extremos de una estrella


Leí a Saramago movido por dos cuestiones ajenas a su reciente premio Nobel. Primero por la recomendación siempre confiable de mi amigo Carlos Molinar, que había leído Historia del puente de Lisboa y por la sinopsis hipnótica de Ensayo sobre la ceguera, aparte de que había visto una mínima recreación de este último en el torre de papel dirigida por Skarmeta, debo confesar que Ensayo sobre la ceguera llamo mi atención de manera inmediata, sobra decir que mi miopía me ayuda a reconocer que hay males peores.
Así que un día me lancé no sólo a comprar ese libro sino a leerlo, el libro era caro (eso sucede con los Nobel) pero hasta eso, era el más barato de todos.
El libro lo leí en poco tiempo; en pocas palabras el libro es terrible, terrible en el sentido que dicta y describe nuestro egoísmo y salvajismo dentro de una metáfora absoluta: estamos ciegos a todo: a los demás, a nosotros, al mundo.
El libro sólo narra el recorrido de nuestra infamia ante la pérdida de un bien preciado; en este caso la vista, y que uno piensa, pudo haber sido cualquier otro: nuestras manos, nuestras piernas, nuestra voz. Pero según Saramago, lo que más funciona como tragedia es perder, ya no el sentido, sino el don de la vista; en ese vacío el hombre puede ser el más cruel de todos, pues en eso, en su ceguera reside la maldad: no ver lo que se tiene.
La obra es en pocas palabras, una pronunciación de nuestro próximo apocalipsis: estar ciegos, no darnos cuenta de lo que vemos, de lo que esta ahí, el no saber apreciar nada, el negarnos a la belleza de lo cercano.
Pero aparte, el no considerar las necesidades de los demás como una necesidad nuestra, el considerarnos solos durante una desgracia universal; en esa novela se declaran todos y todas las imperfecciones del hombre, la cobardía en sus dos extremos, los que abusan y los que ceden, aparte de toda esta dualidad de toda obra novelística: los buenos y los malos, los pobres y los ricos, los enfermos y los sanos, pero hay en esta novela, el artificio de los buenos malos, y los malos buenos, espacios para la piedad, el miedo, el egoísmo, el placer y el odio; a pesar de ser una historia fantástica, el espíritu del dolor la recorre sin piedad.
Caso extremo es otra de la obras de Saramago: Todos los nombres, que a mi parecer; seria un excelente cuento si el autor se hubiera resignado a un breve espacio, pero no fue así, esa novela que tiene uno de los nombres más bellos, resulta una especie de anécdota interminable, Saramago ejerce en ella no un dominio, sino la doma salvaje de una anécdota que en sí es hermosa, pero que Saramago insiste en hacer hermosa, yo, que soy lerdo en estas cosas, fácil le vuelo 80 páginas de pura paja.
No es necesario extender nada, el argumento es precioso, un nadie que colecciona recortes de gente notable de su pueblo, un día se encuentra los datos de alguien que no conoce y que por ello no es notable; desde ahí se dedica a buscar la vida de ella: el antes y después de esa mujer; y por conseguirlo pasa penurias y vergüenzas, hasta enterarse que ella esta muerta, y que un pastor que lleva a sus ovejas al cementerio cambia las lápidas de lugar sólo para enterarse de algo elemental: amamos lo que no conocemos. ¡por favor!, no hay necesidad de tantas páginas, diablos, la historia es muy bella pero se excede en la descripción de escenarios, de escenas que le son totalmente inútiles a la novela, diálogos, monólogos escritos para no ser ignorados sino intrascendentes en una historia de amor o esperanza que supera a varias de mis lecturas, si esa novela hubiera sido un cuento, créanme que estaría entre los grandes cuentos de mi experiencia de lector, pero como novela, no merece un lugar en el librero de nadie.

Lecturas de estudiante


A tono con la temporada, opto por hacer algunas breves recomendaciones marcadas más por mi experiencia de estudiante que de lector. Concibo la época de estudiante como la más importante de todo ser humano, pues el contacto perpetuo de ciertas amistades en la universidad se rompe, y cada quien encuentra lo que busca en esta etapa de su vida, por tal motivo me atrevo a sugerir textos de iniciación para todo estudiante que este decidido a sobrevivir este tránsito necesario de su vida.
A esta edad nunca se sabe por dónde empezar, si por reír o por llorar, yo sugiero empezar por lo natural, la risa, y para todo estudiante que sueña con estudios en el extranjero nada mejor que La Ley de Herodes del maestro Ibargüengoitia, un relato de humor negro que nada tiene que ver con la película homónima, este relato es en esencia el miedo a lo extraño, el prejuicio de lo desconocido y un certero homenaje al machismo del mexicano; a los amantes del terror sobra recomendarles dos lecturas básicas de Stephen King, Carrie y Christine, las dos, un serio homenaje al marginado rencoroso que habita de manera silenciosa el salón de clases, las dos, aunque manejadas de manera distinta son una buena instrucción para todos aquellos que presuman de poderes sobrenaturales, y una advertencia para los abusones, en los dos libros existe la base de las películas de terror que florecieron a finales de los ochentas, el nerd reivindicado por medio del reino de las tinieblas y de la maldad.
Ahora que si queremos ponernos literatos en serio hay dos libros, uno: El nombre de la rosa de Umberto Eco, lectura de cabecera para todo aquel estudiante que se resiste a ir a clases mientras busca al maestro verdadero en la biblioteca, una mezcla extraña pero precisa entre Sherlock Holmes y Borges, un libro necesario para todo buen o mal discípulo que busca la verdad oculta entre los libros; esta novela es una declaración de amor a las bibliotecas sólo recomendable para aquellos que acumulan libros en su cuarto, de todas formas, sospecho que este libro puede iniciar de buena manera la biblioteca de cualquiera. Ahora, para estudiantes mas intrépidos esta Gargantúa y Pantagruel, libro absolutamente didáctico que enseña casi todo, desde cómo beber vino hasta cómo vengarse del despecho de alguna mujer, lleno de consejos, juicios y verdades, es un libro que todo joven debe hojear antes de salir el viernes por la noche o de organizar una fiesta, escrito en el siglo xvi sigue siendo tan actual que todo mundo lo ignora. Para los estudiantes que buscan una verdadera amistad, sólo queda recomendarles un cuento de Senel Paz: El lobo, el bosque y el hombre nuevo, en el que se basa la película Fresa y Chocolate, y que narra la relación de un estudiante comunista con vocación de escritor con un homosexual demasiado liberal, ahora que si lo que se busca es algo de liviandad se puede leer la novela breve de Ray Loriga: Lo peor de todo que es fresca y ágil y esta llena de trivialidades pero que es divertida hasta el final, junto con una obra similar pero más profunda llamada Filosofía a mano armada de Erich Fisch que es similar a las películas de Tarantino pero con más sangre y vísceras que las películas de Oliver Stone.
Para los estudiantes que siempre discuten, tengan la razón o no, El mundo y sus demonios de Carl Sagan es un libro para aprender o para defenderse, ante los argumentos insostenibles sobre ovnis, brujas o poderes paranormales este libro es mejor y más económico que una pistola o un puñetazo, recomendación diplomática para todos aquellos que no soportan una conversación basada en mitos o leyendas.

Ibargüengoitia o la muerte del humor


El nombre de este tipo me perseguía en sueños, pocas veces alguien lo nombraba, mi amigo Carlos Molinar hablaba de él con excesivo placer, sobretodo de los Relámpagos de Agosto y de Los pasos de López, yo empece a leerlo en las compilaciones de sus artículos periodísticos, desde Ideas en venta jamás he podido desprenderme sin dolor de un libro de él (aunque tenga dos ejemplares); yo veo a Ibargüengoitia, como uno de los mejores escritores del México contemporáneo, y no lo veo como un humorista, a pesar de ser el maestro del sarcasmo y del humor negro, tampoco lo veo como el autor de una literatura ligera, sin intenciones literarias, al contrario, yo lo ubico en un lugar especial, tengo a Ibargüengoitia como el verdadero novelista moderno en México; se lee en él, la nueva novela mexicana, la nueva visión o interpretación de las ciudades y las provincias, no existe en él la intención de dividir o comparar los extremos de un país, lo que hay es la clara intención de poner sin prejuicios los caballos y los autos dentro de la historia de un país, su humor rebasa a su mismo humor, su sarcasmo es una burla de su propio sarcasmo, en ese plano, Ibargüengoitia es el escritor más serio que hemos tenido; Ibargüengoitia no es más que un simple hombre que dice lo que piensa, que defiende lo que para él es necesario defender, y se burla, a veces sin querer, de lo que todo mundo deberíamos de burlarnos.
Ibargüengoitia rebasa a cualquier novelista de nuestro tiempo, es decir a todos aquellos jóvenes que se inclinan por el humor como un género, sin percibir que el humor de ninguna manera lo es, el humor es innasible, y aquel que logra tenerlo en sus manos como Ibargüengoitia, sabe que el humor es breve, que no dura mas allá de lo que el lector este dispuesto, y por ello mismo, no abusa de él, lo deja transcurrir, transitar, el humor atraviesa o pasa por los textos de Ibarguengoitia por que es natural su recorrido, el humor es como un bache que no se puede evitar, es tan natural como tener risa o sueño, el humor en sí no tiene gracia, tiene suerte, es o no es, en definitiva, Ibargüengoitia es un escritor siempre tropezando con lo que no puede decir de manera seria, que de esa forma no le sale, Ibargüengoitia es un escritor transparente en ese sentido, él no se esfuerza en hacernos reír, eso le pasa por querer hacernos pensar, sus dos novelas Los relámpagos de agosto y Los pasos de López (las más conocidas) no son mas que serias lecciones de la historia de México, sin embargo uno se ríe, a pesar de que todos los chistes que uno encuentra, son hechos documentados y en su mayoría verídicos.
Sus artículos periodísticos, no son otra cosa que la verdad contada por alguien demasiado sincero a la hora de contar sus viajes, que en palabras que no son de Ibargüengoitia, todo viaje no es otra cosa que estar entre la desgracia y el absurdo, y las vacaciones que nos platica Ibargüengoitia, son divertidas para el lector, pero para él, me imagino, no lo son, si el cuenta todos esos imprevistos, es porque le sucedieron, y porque no tiene la menor posibilidad de olvidarlos. Tal vez ahí esté su trascendencia, en nunca olvidar las cosas breves, lo que es desagradable, las incomodidades, los imprevistos, el mal rato, que cualquier viajero no cuenta, a menos que no haya sacado provecho de eso.